Musulmanes egipcios, algunos con mascarillas como precaución contra el síndrome respiratorio del Oriente Medio, oran durante la peregrinación anual a la Meca en Arabia Saudí. (Foto: AP)
A casi tres años del primer brote de MERS-CoV, una enfermedad que causa problemas respiratorios agudos e insuficiencia renal, principalmente, prevalece el desconocimiento sobre aspectos cruciales como su fuente primaria y modo de transmisión.
En 2012, la detección de una nueva enfermedad, a la que tras un breve período de análisis se denominó Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS-CoV por sus siglas en inglés), causado por el virus homónimo, llamó la atención del mundo por su alta letalidad.
Hasta donde se tiene conocimiento el primer brote infeccioso tuvo lugar en Jeddah, Arabia Sauidita, sin embargo la cifra de casos sigue creciendo y la enfermedad se ha extendido a países como Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Túnez, Reino Unido, Francia y Alemania. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer el pasado 16 de febrero, en su último reporte al respecto (who.int/csr/don/16-february-2015-mers-saudi-arabia/es/), que a nivel mundial había recibido la notificación de 983 casos de infección por MERS-CoV confirmada mediante pruebas de laboratorio, de los cuales al menos 360 habían sido mortales.
Aunque se sigue estudiando el virus y el cuadro sintomático del MERS-CoV que puede producir en los humanos se ha informado que la enfermedad primaria de los casos diagnosticados y notificados hasta ahora ha sido de carácter respiratorio. El denominador común de los primeros pacientes fueron problemas respiratorios agudos y la insuficiencia renal.
La diarrea es frecuente, y entre las complicaciones graves destacan la insuficiencia renal y el síndrome de distrés respiratorio agudo con choque, señala la OMS en sus comunicados.
EL ORIGEN, UNA CUESTIÓN CRUCIAL
La enfermedad es causada por el coronavirus de Oriente Medio, llamado así por ser el primer sitio donde fue aislado. Los coronavirus son una extensa familia de virus, algunos de los cuales pueden provocar diversas enfermedades en los humanas, que van desde el resfriado común hasta el SARS (síndrome respiratorio agudo severo), así como en los animales.
Específicamente, la cepa de coronavirus (pertenciente al linaje de los betacoronavirus) causante del MERS no se había identificado antes en el ser humano y dado que hasta ahora sólo se ha descrito un número relativamente pequeño de casos, los datos sobre su transmisión, gravedad e impacto clínico son muy reducidos.
Las primeras aproximaciones apuntan que la enfermedad es fundamentalmente zoonótica, es decir, que afectaba y se contagiaba únicamente entre los animales. Se ignora cómo pasó el virus a los humanos, sin embargo se sabe que la transmisión de persona a persona es limitada, tanto entre familiares de los pacientes como entre el personal de la salud que entra en contacto con ellos.
A partir de lo que se sabe de la biología del coronavirus y de las escasas pruebas acumuladas, los murciélagos parecen ser el huésped natural, de modo que sería tentador suponer que estos animales también son la fuente inmediata. No obstante existe muy baja probabilidad de que la mayoría de los pacientes hayan estado expuestos directamente a murciélagos.
Una hipótesis más probable es que una única variante de un espectro de betacoronavirus relacionados con murciélagos pasó con éxito y se estableció rápidamente en especies huésped animales intermedio (al menos en el Medio Oriente), y posteriormente ocurrió un derrame accidental en la población humana.
Este tipo de eventos colaterales serían facilitados a través de interacciones huésped-humano intermedios frecuentes y quizás a través de adaptaciones virales adquiridas al inicio del salto a otras especies.
Aunque en la actualidad no hay evidencia de transmisión sostenida en la comunidad, la preocupación obvia es que el virus puede dar el siguiente paso y adaptarse a la transmisión eficiente de persona a persona.
El Mers podría hacerse aún más común si se adapta a un huésped humano incluso “no tiene que adaptar mucho, y puede ser capaz de cambiar de huésped una y otra vez”, explicó Cristiano Drosten, virólogo de la Universidad de Bonn (Bonn, Alemania), quien ha colaborado ampliamente con los científicos en Arabia Saudita y los Países Bajos, según dio a conocer el sitio The Lancet, en un artículo titulado MERS-CoV update: what you need to know (Actualización del MER-CoV: lo que usted necesita saber).
El mismo artículo recalca la importancia de continuar investigando el perfil completo del betacoronavirus así como la identificación de su fuente zoonótica, el comienzo y preciso mecanismo de transmisión de animales a humanos, parte sumamente importante para romper el ciclo de la infección humana.
Algunas investigaciones han señalado a los camellos como la fuente del brote de MERS-CoV, dado que se encontraron virus idénticos en esos animales y su propietario, un hombre de 44 años, quien murió víctima de la infección. Este anuncio fue dado a conocer en junio del año pasado, y de inmediato surgieron voces que consideraron que era difícil probar la dirección de la infección, ya que las muestras se tomaron después del diagnóstico.
RIESGOS DE CONTAGIO
La OMS ha señalado que mientras no haya conocimientos más profundos acerca del MERS-CoV, debe considerarse que las personas con diabetes, insuficiencia renal, neumopatías crónicas e inmunodepresión corren un alto riesgo de contraer enfermedad grave tras la infección por este virus. Por consiguiente deben evitar el contacto estrecho con animales, especialmente camellos, en granjas, mercados o establos donde se sospeche que el virus pueda circular. Hay que adoptar medidas higiénicas generales, como lavarse las manos antes y después de tocar animales, y evitar el contacto con animales enfermos. También deben observarse las medidas de higiene de los alimentos y en los países donde es usual el consumo de productos de camello recomienda tomar medidas elementales, como hervir la leche y la orina o cocer bien la carne.
Aunque no lo ha declarado una emergencia mundial, ni ha emitido alertas o restricciones para viajeros, el organismo exhorta a todos sus miembros a que mantengan la vigilancia de las infecciones respiratorias agudas graves y examinen cuidadosamente todos los casos inusuales y hace énfasis en la necesidad de evaluar y notificar rápidamente todo nuevo caso de MERS-CoV, proporcionando información sobre las posibles exposiciones que hayan dado lugar a la infección y una descripción de la evolución clínica.
Cabe señalar que aún no se ha desarrollado una vacuna, y mientras las investigaciones siguen su curso, la enfermedad se trata mediante métodos tradicionales (analgésicos que disminuyan la fiebre y el dolor, aerosoles para abrir los bronquios, etcétera).