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METÁFORA CIUDADANA

DEL CARRANCEO AL DESPEÑADERO: Competencia por la corrupción

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ

Álvaro Obregón relató al escritor español Vicente Blasco Ibáñez, el origen del término "Carrancear"; tan popularizado en el México de la primera mitad del siglo XX como sinónimo de robar: Se celebraba una espléndida cena ofrecida por el "Primer Jefe" al ministro de España en el Castillo de Chapultepec, con la intención de agradar a la Madre Patria, primera nación en reconocer el régimen de Carranza: "Durante la comida el ministro español estuvo sentado entre Obregón y el yerno de Carranza, Cándido Aguilar, secretario de Relaciones Exteriores. Carranza estaba sentado frente al huésped de honor... De pronto el ministro de España se lleva la mano al chaleco y palidece: ¡Caramba, me han robado el reloj! grita. -Era un reloj antiguo de oro y brillantes, una joya, recuerdo familiar... Silencio completo. Me mira a mí -dice Obregón-, que estoy sentado junto a él, precisamente del lado en que me falta el brazo. Yo no pude haber robado su reloj. Mira a Cándido Aguilar, sentado del otro lado, pero tiene casi paralizada una mano, casualmente la que está junto a él. Tampoco puede ser el autor del robo. Y convencido de que no recuperaría su alhaja, el diplomático pasó el resto de la comida murmurando dolorosamente: ¡Me han robado mi reloj! ¡Esto no es un gobierno, es una cueva de ladrones!... Al levantarse de la mesa, Don Venustiano se aproxima a él con su aire grave y venerable y le dice "tome usted y calle de una vez" y le entrega su reloj. El diplomático no puede contener su asombro, el hombre frente a él tenía su reloj, y entonces grita con sincera admiración: ¡Ah señor Presidente!, por algo le llaman a usted El Primer Jefe" insinuando que lo era, pero de la cueva de ladrones.

Obregón, un hombre sumamente inteligente; desvergonzado y jubiloso dicharachero que manejó al país a su antojo, tiene más anécdotas, en especial a su persona: Cuando un periodista le preguntó cómo había recuperado el brazo perdido en la batalla de Celaya, contestó sonriendo: "Muy fácil. Eché una moneda de oro al aire entre todos los cadáveres ahí amontonados y mi brazo salió volando a cogerla" eran famosos también sus cañonazos de cincuenta mil pesos para lograr acuerdos con sus oponentes.

La historia de la corrupción postrevolucionaria tiene muchos matices y cientos de intérpretes: Miguel Alemán conocido como Micky Mousa o, castellanizado: "ratón Miguelito" a Luis Echeverría Álvarez se le achacaba haber obtenido durante su presidencia sólo un perro: el "Can Cún" y más famosa fue "la colina del perro" majestuosa construcción sin rincones, ya que a su dueña, la señora López Portillo, no les gustaban las esquinas; y así podríamos seguir enumerando infinidad de "travesuras económicas" de nuestros políticos y no completaríamos con todas las páginas de las ediciones de un mes.

Mucho se ha manejado la relación entre "Corrupto" y "Corruptor" y existe realmente esa terrible concordancia, somos nosotros, los ciudadanos quienes para ahorrar tiempo, para saltar algún trámite o para evitar una multa, sugerimos aquello de "¿No tendrá otro arreglo ese problemita? y sólo recordamos al representante del gobierno que sugiere, "Si gusta, yo le ayudo a evitarse problemas" o "Si le aplico la multa le va a salir muy caro…" pero esa es solamente, una de las cabezas de la Hidra, a la cual le crecían más cabezas en la medida que le cortaban alguna y, todas con aliento venenoso que mataba al que se le acercara. Otra cabeza, una de las que más males causa es la del "Corrupto por oportunidad" aquel que en el gobierno (y también en la Iniciativa Privada) busca y rápidamente encuentra la forma de enriquecerse a través de acciones amorales que el sistema le permite y, si no le permite, pues para eso si somos muy buenos los mexicanos, sabemos burlar esquemas de seguridad con artilugios que en otras naciones son impensables.

Una cabeza más y bastante utilizada en esta época es la del "Corrupto por imitación" y hasta por "Competencia" y la encontramos muy visible con los gobernadores que han emparentado con el sistema "Moreirato" y hay quienes lo han superado, enriquecido y hasta sofisticado con alta tecnología como César Duarte, Rodrigo Medina; Guillermo Padrés y tantos más que al "Profe" le causan envidia. Más al centro se encuentra la cabeza del "Corrupto por coincidencias" como Eruviel Ávila con sus anuncios verdes y rojos en plena campaña electoral.

Como un Hércules mexicano, el presidente Peña promulgó una reforma constitucional contra la corrupción. Felicidades Señor Presidente y cómo dice el refrán popular: "El buen juez por su casa empieza" y yo digo; si esta es "blanca", o está ubicada en Valle de Bravo o Ixtapan; pues con mayor razón debe empezar por ahí.

Es aquí cuando yo no entiendo porque Transparencia Internacional, un organismo mundial que califica a los países de acuerdo a los índices de corrupción, coloca a México en los últimos lugares de la lista mundial, con una calificación menor a 3.5 sobre diez.

Tampoco entiendo ¿Por qué subsisten las múltiples hazañas con que cada día nos desayunamos?; cada vez se destacan más actos bochornosos, como el de constructora internacional Obrascón Huarte Lain (OHL México), que dice ser una "empresa modélica de negocio responsable y sostenible" entró a un fraude con el gobierno Mexiquense, detectado y consistente en cobrar obras no realizadas e incluso, viables hasta dentro de ocho años, como el Viaducto Bicentenario. Fraude que ha llevado a OHL a perder credibilidad y negocios en Europa, no así al gobierno priista de dicha entidad que espera ganar todas las diputaciones de ese estado.

¿Por qué siguen ofreciéndose obsequitos electoreros por los partidos?; en especial Verde y PRI (ahora ya en ese orden), en una bendecida relación entre prostituyentes y envilecidos, logrando, con gran éxito, eternizar encadenados a la pobreza a los mexicanos que se compran con nuestros tributos.

Es por ello que debemos acudir a votar razonadamente el próximo domingo todos los mexicanos conscientes, recordemos que si no cambiamos las estructuras de la mente y conciencia de la ciudadanía, terminaremos siempre por recrear una y otra vez el mismo México con las mismas corruptelas y la misma disfunción social. No podemos esperar resultados diferentes haciendo lo mismo de siempre.

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