En el México de 2015 subsisten varias generaciones que significan costumbres y hasta posiciones políticas diversas e incluso, antagónicas. Aunque pocos, aún encontramos miembros de la llamada Generación Silenciosa; término aplicado para las personas nacidas entre 1920 y 1944; se caracterizaron por vivir un tiempo dramático en la historia de la humanidad: La Gran Depresión que afectó a las economías mundiales, el auge del Nazismo y la Segunda Guerra Mundial; hechos que enmarcaron el crecimiento y consolidación de un modelo de vida donde se valoraba el trabajo en equipo y el sacrificio para alcanzar las metas, mientras reinaba la austeridad y el silencio; crecieron con instituciones fuertes y vigorosas con férreo control sobre la vida del individuo como la familia, la escuela, el gobierno y la iglesia; la mujer fue devaluada y el hombre sobrevalorado; ésta buscaba una maternidad numerosa para "repararse", a través de los hijos. Las niñas fueron educadas en el recato y en la evasión de todos y cada uno de los tópicos sexuales. Hacían lo que otros decidían y no elegían o aceptaban riesgos personales; fue la época de oro de los partidos despóticos como el PRI.
Llegó luego la generación Baby Boomers, personas nacidas entre 1945 a 1964 y que hoy tienen entre 50 a 70 años, es una generación muy conservadora, que sí vio por su futuro, que trabajó en empresas estables y que gustaban de la seguridad al crear de su patrimonio. Hoy siguen teniendo bastante fuerza social, aunque muchos se pensionan, en buen número no se retiran porque se niegan a no estar presentes en los cambios del mundo.
Generación X se usa para referirse a personas nacidas a principios de los 60→ s hasta principios de los 80→ s. Los medios de comunicación popularizaron en la década de 1990 con esa designación a quienes eran adolescentes en ese momento; también se le denominó "Generación Perdida" o "Generación de la Apatía". Afectada por el bombardeo del consumismo, la manipulación del sistema político, la llegada del internet, cambios históricos como la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría, la aparición del Sida y otros que crearon el perfil X. fue presa del absolutismo político mexicano.
Y llegamos a la que nos interesa; "Generación Millennial" o "Generación Y"; quienes se hicieron mayores al llegar el nuevo milenio. Hijos de los Baby Boom; nacieron en una era de prosperidad económica, a 45 años de la culminación de la Segunda Guerra Mundial; aunque se les ubica en los países avanzados y en las clases media alta y alta de las naciones en desarrollo, se extienden ya a todos los niveles en todo el mundo; la tecnología les es propia, la ven como parte de su personalidad, incluso, parte de su cuerpo. No creen en religiones ni en política, menos aún en sacerdotes o partidos.
Consideremos que en 10 años el 75% de la fuerza laboral nacional estará en manos de esta generación, Ellos cargarán en Coahuila con la inconmensurable deuda Moreirana. Entonces: ¿Cómo enfrentar el reto de llamar la atención de ellos en los asuntos importantes del país?, ¿Cómo interesarlos en la problemática nacional?; desde luego que al PRI, a su piojo verde y demás partidos tradicionales, no les interesa esa generación, sino sus votos, y si por ellos fuera, los dejarían en la más absoluta ignorancia. No alcanzan a ver que los Millennials poseen el mejor medio de comunicación existente que es precisamente la tecnología, que los memes que tanto nos hacen reír de Peña Nieto y demás personajes oscuros de la política nacional, nacen de sus rápidos dedos y de su inventiva e imaginación.
Una característica de esa generación es que es altamente capaz, desconfiada y rápida de pensamiento, a veces se conforma con reírse de este mundo que les estamos dejando, pero luego reaccionan y actúa, veamos a "Yosoy132", como simple ejemplo.
Si bien es cierto que los Millennials no poseen la lealtad a trabajos como nosotros que podríamos durar 30, 40 ó 50 años en una misma empresa, ellos cambian continuamente de labores, también lo pueden hacer de partido político y de inclinación ideológica. No creen en las grandes empresas, creen más en las actividades efectivas, por ello será cada vez más difícil para los políticos mentirosos ganar su voto. Por su misma inquietud cognitiva, son autodidactas, prueba de ello es que hoy las grandes universidades están abriendo cursos en línea, Harvard, IMT; ITESM; y otras.
Se niegan a pasar mucho tiempo en un espacio cerrado, consideran que su fortaleza está más en "Horas Cerebro" que en "Horas Nalga"; son innovadores; exigen respeto a su originalidad y que no se les fuerce a vestimenta formal, quieren ser libres en todo; prefieren la tecnología a la elegancia.
Sobre esta generación las ventajas de su atracción las tienen las organizaciones de la sociedad civil, ello debido a su justo rechazo a las estructuras arcaicas y dictatoriales de los partidos políticos, a quienes consideran como el "problema y no como parte de la solución". Se preocupan por las políticas de integración o de responsabilidad social empresarial"; exigen nuevos valores como la transparencia, la sostenibilidad y el compromiso social; tienen una visión más amplia de las relaciones humanas igualitarias y esperan que sea el mundo quien se adapte a ellos; son multifuncionales; capaces de hacer varias cosas al mismo tiempo y les gusta compartir con todos; por ello son excesivamente sociales, manejan muy bien las redes y saben cómo lograr objetivos importantes; eso les lleva a ser críticos, cáusticos y exigentes; ejercen confianza en sí mismos, están conectados con el mundo y abiertos al cambio; saben que evolucionar es la clave para sobrevivir. Los mueve la pasión y se comprometen con la verdad y la justicia, quieren honestidad e integridad; por ello no es sorprendente que se inclinen por candidatos independientes, o que se nieguen a pagar la megadeuda; eso aterra a los corruptos políticos, quienes a juicio de los millennials, apestan.
Es por todo lo anterior que me atrevo a aseverar que bajo estas premisas, los partidos políticos actuales estarán muertos en el próximo decenio, sino es que antes; la esperanza está en las organizaciones sociales libres; concluyo con una frase ya popular: "los millennials no se casan con nadie. Ni siquiera con su propio destino".
