Hacia 1780, Francia tenía un rey joven, heredero de los grandes detentadores del poder nacional, casado con una bella mujer austriaca, apoyado por grupos de altas prerrogativas como el clero y la nobleza que sin trabajar vivían espléndidamente gracias al trabajo de veinte millones de ciudadanos pobres. En medio de este lujo y miseria sucedieron dos grandes vicisitudes económicas: La gran crisis de 1788 y la crisis financiera. La primera fue consecuencia de catástrofes naturales que afectaron también a otras naciones; algunas que poseían reyes capaces sí pudieron sortearlas. Este trance causó problemas de subsistencia popular. La segunda provocó un déficit debido al gran endeudamiento del estado y al despilfarro de recursos del rey, su corte y la nobleza. Entonces Luis XVI decretó reformas que obligaba, entre otros, a los agricultores a cumplir a rajatabla con sus obligaciones fiscales, hubiera o no rendimientos agrícolas; volviendo la situación insoportable, pues en los campos y en ciertos sectores de las ciudades, la desnutrición y aun la muerte por inanición, pasó a ser algo relativamente corriente.
Jacques Necker, ministro estrella de Luis XVI fue el creador de las reformas fiscal y financiera que no sólo no ayudaron al país, sino que levantaron, por su ineficiencia incluso a nobles y clérigos. Meses más tarde se inició la Revolución Francesa que incendió al mundo entero.
Hoy, tres años después del inicio del gobierno peñista, vuelven a presentar un plan para el crecimiento económico del país; el tercero en orden de este sexenio; lo más interesante no es lo refrito del anuncio, sino la foto de ellos con la eterna sonrisa en labios; y yo me pregunto: ¿De qué se reirán? ¿Será de los mexicanos? Pienso que sí; seguros están de nuestra flaca memoria y de nuestra hambre ideológica y política que nos hace comer, año tras año, la misma píldora dorada y redorada.
Desde luego que esta farsa convertida en burla masticable se ve más clara con las declaraciones de Peña Nieto esta semana cuando se atrevió a asegurar respecto a la devaluación del peso frente al dólar que: "Así como evidentemente esto genera cierto escozor entre la gente, también es positivo: Le da a nuestro país condiciones de mayor competitividad, lo hace más atractivo, también. El turismo, atrae mayor turismo. Le pasa a muchos países" y además asevera: "Tampoco estamos echando campanas al vuelo, pero me parece que estamos caminando en una ruta correcta". "Las reformas están avanzando. Van día a día ahí, mostrando mayores beneficios".
Y es que Peña Nieto, le apuesta al sadomasoquismo popular y piensa que olvidamos la triste historia de los gobiernos priistas que han llevado al pueblo a crisis económicas terribles y que volver a quitar tres ceros a la moneda basta y a dormir plácidamente mientras la señora de la casa, que si sabe lo que cuestan las tortillas, se las arregla para sortear la escalada de precios que ya presenta aumentos del 5% al 15%, aunado al endeudamiento de estados y municipios que no han parado.
Es cierto que algunas empresas mexicanas, incluso en Torreón, ganan porque pagan en pesos y venden en dólares, pero son las menos, muchas más son quienes compran en dólares y venden en pesos, ésas están incluso en posibilidades de desemplear a muchos trabajadores. Pero en forma directa para los ciudadanos de segunda, los de a pie, los que hacemos del nixtamal nuestra principal fuente de alimentación, el futuro se aprecia muy sombrío, recordemos que México importa maíz de Estados Unidos, por lo que debemos esperar en muy breve tiempo un fuerte aumento en el precio de las tortillas y merma en capacidad de compra con nuestros sueldos. Y así, salvo las familias que reciben remesas de dólares de sus familiares trabajando en Estados Unidos, los demás mexicanos sufriremos una aguda inflación.
En este mismo tenor, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita nacional cayó 11.44 por ciento, al pasar de 10 mil 920 dólares en 2014 a 9 mil 671 dólares ahora. La reducción obedece a la pérdida de valor del peso mexicano respecto a la divisa estadounidense, que se sigue depreciando al paso de los días. Es triste ver cómo cae nuestro PIB, siendo de los más bajos. En cambio, países como Noruega alcanzó niveles de PIB per cápita de 97 mil 363 y 60 mil 634 dólares; o sea, más de diez veces el mexicano con sus dirigentes políticos que "sí saben gobernar"
Y lo peor aún está por venir, según un estudio, Banamex indica que la expectativa de crecimiento del PIB de 2015 para 2016 desciende de nueva cuenta. Nos espera un 2016 muy difícil
Debo confesar y hasta reconocer que en mi caso, como en el de varias decenas de millones de mexicanos, se presentan dos circunstancias que nos obstaculizan admirar las bondades que el presidente si percibe:
Primera: Desconocimiento de la alta economía que me impide apreciar que lo que creo malo, es en realidad bueno, como, por ejemplo, que el peso se ha deteriorado frente al dólar más del 26% en los últimos meses, es simple escozor. Y
Segunda: Mi mezquindad de asalariado con bajo ingreso fijo que piensa primero en lo que van a comer las personas que de mi dependen, antes de preocuparme por los majestuosos niveles del desarrollo nacional, en lo que sí piensan nuestros honestos y preocupados políticos.
Y me queda una tercera duda a nivel de pregunta: ¿Cómo nos vamos a beneficiar los mexicanos con el turismo si casi todos los complejos de hoteles y las mismas playas son de empresas extranjeras? Además: Dice el Sr Peña que México es de los menos perjudicados por esta situación mundial que afecta más a los países ricos, entonces ¿Cómo vendrán los turistas provenientes de esas naciones que según él, están peor que nosotros?
Le creo más al nuevo presidente del PRI cuando dijo: "La gente espera que las reformas funcionen y que traigan más empleo, más bienestar a sus casas y dinero en sus bolsillos"; y si es cierto, estamos esperando eso, pero cada día la esperanza se acaba y surge la desesperación. Por cierto Sr. Beltrones, no son los partidos, somos los mexicanos quienes andamos buscando presidente, porque no lo hallamos, el suyo, no lo está siendo para todos ni para el beneficio general como se esperaría.
