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METÁFORA CIUDADANA

ESPERANZAS BRONCAS

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ

Luis Cabrera, gran teórico de la revolución mexicana del siglo XX, escribió bajo su seudónimo periodista de Blas Urrea, el 27 de abril de 1911, cuando apenas arrancaba el movimiento armado, una carta abierta a Francisco I Madero en la que lo comparaba con un cirujano que realizaba una operación quirúrgica al México enfermo de gravedad: le decía lo siguiente:

"Las necesidades políticas y democráticas no son en el fondo más que manifestaciones de las necesidades económicas... El cirujano tiene ante todo el deber de no cerrar la herida antes de haber limpiado la gangrena. La operación, necesaria o no, ha comenzado; usted abrió la herida y usted está obligado a cerrarla; pero, guay de usted, si acobardado ante la vista de la sangre o conmovido por los gemidos de dolor de nuestra Patria cerrara precipitadamente la herida sin haberla desinfectado y sin haber arrancado el mal que se propuso usted extirpar; el sacrificio habría sido inútil; el enfermo se debatirá en mayores dolores y la historia maldecirá el nombre de usted... Todos hemos sentido las consecuencias de la Revolución; pero nos hemos resignado a sufrirlas con la esperanza de que trajera consigo algunos bienes en medio de tantos males".

Este día en la ciudad de Monterrey, Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como "El Bronco" tomará posesión como gobernador constitucional del estado de Nuevo León y se abrirá, con este hecho, una importante etapa en la historia política de nuestro país; el llegar al cargo por la vía realmente democrática y sin el lastre de un partido político, ha ofrecido cambios, pero deberá cuidarse de ser preciso en cuales puede realizar o se perderá otra esperanza democrática y el sentimiento de poder ciudadano se verá frustrado; ya son muchas las abrumadoras decepciones sufridas por el pueblo mexicano.

Es importante entender que la transformación será gradual y que vendrá en la medida que actúe la sociedad neolonesa y exija que su voto no se convierta en esperanza muerta. México no es un ave fénix que renace de sus cenizas cada seis años; en los estados pasa exactamente lo mismo. El problema de suponer cambios irrealizables es lo que ha traído amargura en ciertos sectores de la sociedad nacional y regional, suponer que el sol saldrá por el norte o que la luna será ahora dorada es falacia que si se atreven a ofrecer los políticos, pero los sensatos saben perfectamente que nunca será así.

Insisto en la necesidad de poner los pies muy firmes en la tierra porque los mexicanos ya hemos sido burlados infinidad de veces; los ejecutivos que llegan lo hacen con fútiles promesas irrealizables y el resulta es la pérdida de confianza y credibilidad en el gobierno y en las instituciones políticas; las frases famosas de las campañas presidenciales lo demuestran; prácticamente ninguna de ellas se cumplió y si, sirvieron como memes no electrónicos porque aún no estaban de moda las redes sociales, fueron causa de burla y escarnio de sus pregoneros: "La Solución somos todos" de López Portillo que mutó en "La Corrupción somos todos" que adquirió matices de ciudadanía y se instaló y creció en los siguientes sexenios, alcanzando su máximo esplendor en el presente.

El caso de Vicente Fox es un precedente óptimo para este comentario. La llegada del panista a la presidencia tuvo matices como los de Madero, democracia participativa e incuestionable igual que la del "Bronco" norteño. Las esperanzas de un cambio sustancial en 1911, también se apreciaron en 2000 como ahora en 2015 en Nuevo León, pero, ¿qué pasó?...

Si bien disminuyeron las crisis económicas que también habían sido "galopantes y pocos se atrevieron a acusar a Fox de corrupto más allá de las toallas de cuatro mil pesos o de los arreglos a "San Pancho" para recibir a dignatarios extranjeros, nada parecido a las casas blanca, Malinalco o Ixtapan, si permitió a los hijos de "Marthita", enriquecerse con tráfico de influencias, ello manchó la jornada democrática y fue el principio del regreso de la dictadura corrupta que hoy padecemos.

Regresando con Francisco I. Madero en 1911, a pocos días de la carta de Blas Urrea, se realizó la toma de ciudad Juárez por los revolucionarios y debemos aceptar que significó la incisión que abrió todo el cuerpo enfermo de México enunciada. Toma que como resultado final llevó al poder de Madero cinco meses más tarde. Pero ¿qué sucedió con esa entronización?: Madero conformó un gabinete nepótico y porfirista; sus hermanos, tíos, amigos y otros "científicos" ocupaban los principales cargos, se olvidó de los líderes revolucionarios que lo habían llevado al poder, incluso, cometió el peor de sus errores: el licenciamiento del ejército revolucionario y el echarse a dormir en brazos de la milicia federal porfirista; esto tuvo como desenlace los levantamientos de sus antiguos amigos Zapata y Pascual Orozco y como corolario: su destitución y asesinato.

Hoy Monterrey estará de fiesta; más allá de las reiteradas alusiones de Peña Nieto contra el populismo, que llevaban dirección a la "Bronquedad Norteña"; en la Arena Monterrey el pueblo gozará. En todo ese estado que un día absorbió a Coahuila, hay sueños, ilusiones y optimismo, se cree que este gobierno llamado "ciudadano" sí va a funcionar, que vendrán días felices después de la debacle de Medina y la inmensa deuda que deja; un auténtico émulo de Humberto Moreira.

¿Será cierto que allá van a perseguir a los corruptos y exigirán cuentas al gobernador saliente? ¿Sabrá controlar a su familia y evitar caer en los problemas carnales de los López Portillo, Salinas y hasta Fox? ¿Será tan Bronco como dice para realizar la Re- Evolución que cree necesita Nuevo León? ¿Realmente, a diferencia de Madero y el ejecutivo federal actual, designará un gabinete capaz y honesto?

Lo primero que deberemos entender es que las revoluciones no se exportan; no puede sumarse ese resultado político a otros estados; cada uno tiene su realidad local; allá el pueblo le cobró, en las elecciones al PRI la factura de los robos que sufrió, en Coahuila seguimos agachados y con un congreso cortesano que es incapaz, en cualquiera de sus miembros, exigir cuentas al ejecutivo y menos recriminarle en su cara el mal manejo de las finanzas estatales, como sucedió en Nuevo León. Pero ya es hora que empecemos a revisar nuestras posibilidades.

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