— Nelson Mandela
El palacio de Versalles, en los suburbios de París fue iniciado en 1661, por Luis XIV, una persona mediocre que difícilmente sabía leer, pero llamado "el Rey Sol"; él soñaba con hacer un palacio que dejara constancia de su época; desde donde pudiera dirigir personalmente los asuntos del reino y centralizar la administración; por ello hubo de diseñar el palacio para los ministros y sus servicios y, al mismo tiempo, fijar ahí la residencia real. El palacio fue majestuoso y de grandes dimensiones; Luis XIV gastó una verdadera fortuna en la construcción y desoyó las muchas críticas que había contra esa decisión, sobre todo por la situación social del pueblo francés en esa época.
Versalles comprende tres palacios e infinidad de edificios; cuenta con 700 estancias, 2,513 ventanas, 352 chimeneas, 67 escaleras, 483 espejos. La superficie total es de 67,121 m². Históricamente el palacio de Versalles ha sido cuna de intrigas cortesanas, lugar de refugio de reyes tiranos y políticos corruptos. Eso demuestra que los déspotas necesitan de majestuosos palacetes y de pomposos ropajes para no sentirse tan desgraciados como su pueblo. El 5 de octubre de 1789, Versalles sufrió el asalto de los parisinos que hartos de las corruptelas de sus monarcas, los llevaron a París donde meses más tarde los decapitaron.
En un país rico en recursos naturales, pero con un numeroso pueblo pobre, muy pobre, con carencias esenciales en materia de satisfactores esenciales como alimento, ropajes y habitación, además con bajo nivel educativo y cero esperanza de un futuro mejor, las obras fastuosas, así como aquellas necesarias, pero cobijadas por la corrupción, se convierten en pecado capital y se asemejan a una lujuria social.
Preguntémonos y contestémonos con sinceridad: ¿Es indispensable el Palacio de la Democracia? Una edificación que costará 1,100 millones de pesos en presupuesto (ya sabemos que los presupuestos iniciales se deben multiplicar por lo menos por 1.5 y son gubernamentales por 2.5) ¿Es indispensable la renta de un rascacielos por más de 35 millones de pesos mensuales para la Secretaría de Salud? Ello cuando las clínicas y centros de salud carecen de medicinas e instrumental médico. Y otras tantas obras suntuosas de los gobiernos federal, estatales y municipales, ¿se justifican ante la miseria de la mayoría de los mexicanos? O más bien, en mucho de esos casos es hacerle caso a la frase porfirista de "Haga obras Compadre" refiriéndose a que a través de ellas se puede obtener mucho dinero del erario público.
Estudios formales del Banco Mundial, determinan que la corrupción en México representa el nueve por ciento del Producto Interno Bruto, o incluso el ochenta por ciento de los impuestos recaudados a nivel federal. ¿Qué permite que se defienda con ahínco y desesperación inversiones tan cuantiosas e innecesarias? La corrupción oficial en la que hay un 100% de impunidad. ¿Cuándo ha sabido Usted que se persiga efectivamente a los políticos abusivos y ladrones?
La supuesta frase porfirista antes mencionada se ha popularizado en los políticos priistas de toda la historia pos-revolucionaria, pero en este sexenio se ha dimensionado de manera exponencial ya que, toda edificación pública se ve como la gran oportunidad de hacerse de muchos millones de pesos a base de "escurrir" recursos de los presupuestos asignados; nada transparentados y mucho menos vigilados. La entrada a la corrupción se asemeja al "Horizonte de sucesos" de un agujero negro; área a la cual, una vez adentro, ya no se puede regresar.
El Peñazarismo se ha caracterizado por obras que en realidad sólo sirven para enriquecer a los políticos que las dirigen, que buscan ofuscar la mente del ciudadano, que engañan a carta abierta y hasta se mofan de la inteligencia del pueblo.
Aquí en Torreón ha regresado a la mesa de debates el trillado "Teleférico" que dicen ahora ya llegaron los recursos para construirlo: Supongamos sin conceder que efectivamente esos recursos son producto de una muy elaborada propuesta estadista y por ello se otorgan esos millones, pero yo veo esa obra como una corbata de seda italiana sobre una camisa de manta raída y deshilachada, con unos pantalones rotos y unos zapatos con suelas perforadas; me explico: Torreón es una ciudad con graves carencias; muchas colonias sin agua potable; calles con pavimento desgarrado y lleno de hoyancos; un hospital municipal inacabado y cientos de focos de los semáforos que no funcionan; ah, además graves fallas en el alumbrado público, por cierto, de éste último, la profusa propaganda raya en el paroxismo de la mentira, asevera que Torreón es la ciudad más iluminada de México, mejor incluso, que muchas ciudades ya quisieran esta luminosidad (incluidas entre ellas Las Vegas, Nevada). Por Dios, ya dejen de burlarse de nosotros: el teleférico es justo un adorno suntuoso, innecesario y hasta burdo ante lo indispensable en nuestra ciudad.
En esta parodia del alumbrado público tampoco cuadran los números de costo ni las informaciones de sus logros: "No causarán deuda, se pagará con los ahorros" sigue arguyendo la publicidad oficial, en la que, según declaración reciente: "Será hasta el mes de enero del 2016 cuando se puedan establecer con precisión los ahorros por el cambio de tecnología a luz Led en el sistema de alumbrado público. Se pagarán anualmente entre 165 y 175 millones de pesos, en tanto que 'antes pagábamos entre 230 a 240 millones de pesos". Vámonos analizando y reflexionando sobre dicha declaración: contabilicemos del más alto pago anterior al más bajo posible futuro; de 240 a 165 millones de pesos: un ahorro de 75 millones al año. Dividámoslos ahora entre los 3,000 millones que fue su costo: a ese ritmo, en ¡solamente 40 años se pagará todo!; eso si aceptamos los extremos más benévolos; sino, podrían ser hasta 55 años en los otros extremos. Fácil, lo entendió o que nos lo vuelvan a explicar…
El Dr. Pablo Ayala, en un reciente artículo periodístico nos lleva a reflexionar: ¿Qué significa vivir éticamente en un mundo donde cada año mueren 20 millones de seres humanos sin que dichas muertes sean "estrictamente necesarias"? o ¿En un País donde hay más de 11 millones de personas que viven en la pobreza extrema, como es el caso del nuestro?