Seguramente el magnate estadounidense Donald Trump sabía la tormenta que iba a desatar con sus explosivas palabras sobre los migrantes mexicanos que llegan a Estados Unidos a quienes llamó "traficantes de drogas y violadores". Desde aquel discurso en el mes de Junio, al multimillonario Trump le han cancelado contratos que tenían con sus empresas, y artistas y patrocinadores han puesto distancia de por medio alejándose de él.
Por otra parte, según los últimos sondeos acerca de la popularidad de Trump, éste se encuentra en segundo lugar entre las preferencias de los republicanos por detrás de Jeb Bush. Probablemente las encuestas generales en los Estados Unidos también lo ubiquen como un precandidato con altas posibilidades de éxito. Cabe recordar sin embargo, que el Sr. Trump tiene dinero y sabe usarlo para que los sondeos se inclinen hacia él. Ya lo decía Ronald Reagan cuando lo entrevistaron al terminar su mandato como presidente de los Estados Unidos: "La política es el segundo oficio más antiguo del mundo, pero se parece mucho al primero".
El Sr, Trump está jugando su juego de una manera muy riesgosa, si realmente quiere llegar a ser el presidente de los Estados Unidos. No se puede negar la realidad ni se pueden pasar por alto los enormes beneficios que ha obtenido Estados Unidos gracias a los inmigrantes, particularmente, los mexicanos.
Los inmigrantes emprendedores están promoviendo la economía de nuestro vecino del norte. Hoy, casi la mitad de los nuevos negocios son emprendidos por inmigrantes. Más de la mitad de las empresas de Silicon Valley tienen fundadores inmigrantes. Los inmigrantes están más inclinados que los norteamericanos nativos, para obtener un grado universitario, inventar algo y registrar una patente.
La lista de ejemplos de emprendedores mexicanos en los Estados Unidos es interminable. Inmigrantes como Rosa Macías, quien llegó a Estados Unidos en 1990, han logrado posicionarse con éxito en uno de los mercados más competitivos del mundo. Rosa estableció un negocio de muebles que hoy emplea a 75 personas y factura seis millones de dólares al año, Macías es una empresaria mexicana muy exitosa. Y su caso no es el único.
El problema es que Estados Unidos es una nación de inmigrantes y los norteamericanos como Donald Trump todavía no entienden, o no quieren entender la importancia del rol que juegan los inmigrantes en el crecimiento de este país. Particularmente, los nuevos negocios que han abierto mexicanos y latinoamericanos, han sido de mucha ayuda para que los EE. UU. Se pudieran recuperar de la crisis del 2008, lo anterior, avalado por el estudio "Betterbusiness: Howspanicentrepreneurs are beatingexpectations and bolsteringthe U.S. economy" -Mejores negocios: Cómo los emprendedores hispanos rompen las expectativas y refuerzan la economía de Estados Unidos-.
El estudio afirma que los latinos han sido el grupo étnico más emprendedor de Estados Unidos en los últimos 22 años y que son casi 10 veces más emprendedores que el resto de la población. Mientras que el número de nuevos emprendedores sólo creció 14% entre 1990 y 2012, en el caso de los latinos el porcentaje fue mucho más elevado y pasaron a poseer, de medio millón de empresas a más de dos millones.
Estados Unidos es considerado el cuarto mejor país del mundo para hacer negocios, según el Doing Business 2013, y, por tanto, un lugar óptimo para ser un emprendedor. Sin embargo, mientras que por cada 100 ciudadanos estadounidenses, 10 son empresarios, por cada 100 latinos que viven en ese país, casi 12 lo son. Y de éstos últimos, la mayoría son mexicanos.
Las estadísticas señalan que 765 mil inmigrantes mexicanos son dueños de su negocio, esta cifra aumentó 438% entre 1990 y 2012. La población de origen mexicano no nacida en México tiene 1.13 millones de emprendedores, 275% más que en 1990.Uno de cada 10 mexicanos es independiente. Los mexicanos son los más emprendedores entre los latinos, por encima de cubanos o puertorriqueños, cuyos porcentajes de emprendedurismo crecen a tasas bastante más bajas, 55 y el 174% respectivamente. Los negocios de latinos, en su mayoría mexicanos, aportan unos 350 mil mdd a la economía estadounidense, según el estudio. Esta cantidad es similar al todo el presupuesto anual del Gobierno de México.
Respecto a las palabras necias del Sr. Trump sobre los inmigrantes mexicanos, él debería leer la carta abierta que dirigió Thomas Loren Friedman -periodista norteamericano, ganador del premio Pullitzer en tres ocasiones, columnista del diario The New York Times- a los estadounidenses el 10 de Febrero de 2009:
"Queridos estadounidenses:
Por favor no olviden la forma en la que nuestra nación alcanzó la prosperidad en la historia. No la alcanzó debido al proteccionismo, o gracias a los bancos propiedad del estado o evitando el libre comercio. No, la fórmula es muy sencilla: Construir una economía realmente muy flexible, muy abierta. Tolerar la destrucción creativa para que el capital muerto se traduzca en mejores ideas y mejores empresas, combinar el capital con los más diversos, inteligentes y entusiastas inmigrantes de todos los rincones de la tierra, y mezclar y repetir, mezclar y repetir, mezclar y repetir".
"No queramos salir de esta crisis sólo con inflación, con una montaña de deudas y con más trabajos de pico y pala. Queremos -necesitamos querer- que surjan más empresas como Intel, Google, Microsoft y Apple".Eso fue lo que dijo Thomas L.Friedman.
Las declaraciones de Donald tratan de aprovechar el sentimiento antiinmigrante que está enraizado en el inconsciente colectivo de un segmento radical y tradicionalista entre los republicanos. Debemos aplicar el dicho de que "A palabras necias, oídos sordos". O más coloquialmente, "A chillidos de marrano, oídos de chicharronero".
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