MINUTO ROTARIO
PROGRAMA ESTIVAL OFRECE A ADOLESCENTES ISRAELÍES Y PALESTINOS UNA NUEVA PERSPECTIVA
Adolescentes israelíes, palestinos y estadounidenses participan en un ejercicio destinado a aprender a verse con nuevos ojos. En esta actividad del programa Hands of Peace, en Encinitas, California, (EE.UU.) en 2014, los participantes se retratan unos a otros.
El pasado verano, en un estudio artístico de Encinitas, California (EE.UU.), como parte de un programa destinado a promover la paz, estudiantes israelíes y palestinos se pintaron unos a otros.
Kelly Mellos, una de las organizadoras del proyecto y socia del Club Rotario de Encinitas Coastal, explica que pintar a otra persona que está sentada tan cerca contribuye a derribar las barreras sociales entre los jóvenes de ambas comunidades. "Los estudiantes perciben cuántas cosas tienen en común y comienzan a entender que todos somos personas merecedoras de respeto y confianza".
Los jóvenes participaron en un programa administrado por Hands of Peace, el cual reúne durante 18 días a jóvenes palestinos e israelíes (pertenecientes tanto a la comunidad judía como palestina), así como a estudiantes locales de distintas religiones, para que participen en distintas actividades enfocadas a promover el diálogo y desarrollar el espíritu de equipo. La organización, fundada hace 12 años en Chicago, amplió su radio de acción al área metropolitana de San Diego en 2014.
Las sesiones del programa, dirigidas por facilitadores profesionales, están orientadas a informar a los jóvenes sobre distintas culturas y religiones, así como a ofrecerles una amplia variedad de perspectivas sobre el conflicto del Medio Oriente. La meta del programa es lograr que los estudiantes empleen las herramientas que se les facilitaron para que contribuyan diariamente a la causa de la paz en sus vidas y comunidades.
LOS PARTICIPANTES ELOGIAN EL PROGRAMA
"Me sorprendió escuchar cosas que no había oído nunca. Los diálogos pueden llegar a ser muy acalorados", explica Hagar, joven israelí invitado a participar en el programa Hands of Peace. "Pensé que el programa quizá me hiciera cambiar de opinión sobre los palestinos, y así fue. Pero lo que nunca pensé es que terminaría por establecer vínculos tan sólidos con los demás participantes. Ahora ellos forman parte de mi vida y permanecemos en contacto constante".
La iniciativa cuenta con actividades diseñadas para los ex participantes los cuales participan varias veces al año en seminarios y talleres en Israel. La idea es brindarles una red de apoyo a la que recurrir para poner en práctica lo aprendido. Inspirada por este programa, Hagar colabora con un estudiante de Tel Aviv para organizar un partido de futbol entre jóvenes judíos y palestinos de Nazaret. Los organizadores ya se han puesto en contacto con las autoridades municipales y varios clubes de futbol, y esperan recaudar fondos suficientes para celebrar pronto el encuentro. "Queremos que los jugadores entiendan que todos somos humanos, que todos tenemos los mismos intereses y que disfrutamos de las mismas cosas".
Roxanne, estudiante de secundaria de Carlsbad, California, participaba en el programa cuando se supo que tropas de infantería israelíes habían penetrado en Gaza.
"Nadie sabía qué iba a pasar con el programa", recuerda. "¿Comenzarían las peleas? ¿Surgirían dos bandos que no se dirigirían la palabra durante el resto de la estancia? Pero cuando una estudiante israelí inclinó su cabeza para comenzar un momento de silencio, todos se pusieron en pie, y al poco rato todos comenzaron a llorar. Al final, todos terminamos abrazándonos.
"Fue increíble ver que, aunque todos pertenecen a familias enfrentadas por un conflicto, forjaron amistades que tal vez contribuyan a mejorar la situación existente".
Por Arnold R. Grahl
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