El Más Alto Funcionario del Estado llamó al Alto Funcionario del Estado y le ordenó que le consiguiera un espejo.
El Alto Funcionario del Estado llamó al Funcionario del Estado y le ordenó que le consiguiera un espejo.
El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le ordenó que le consiguiera un espejo.
El señor equis se atrevió a preguntarle al Funcionario del Estado para qué iba a servir ese espejo. El Funcionario del Estado se atrevió a preguntarle al Alto Funcionario del Estado para qué iba a servir ese espejo. El Alto Funcionario del Estado se atrevió a preguntarle al Más Alto Funcionario del Estado para qué iba a servir ese espejo.
El Más Alto Funcionario del Estado se dignó responder:
-Quiero que alguien me investigue. El espejo me va a investigar.
¡Hasta mañana!...