A MIS ALUMNOS SOLÍA PRESENTARLES YO SIETE PECADOS CAPITALES
Haiga.
Trajistes.
El sazón.
El anécdota.
Este. Este.
Nadien.
Pos.
Les decía que esos pecados se cometen todos los días, y que no son culpas veniales.
Les decía también que nadie está obligado a hablar con elegancia, pero sí con cierta corrección, y que muchos nos juzgan por la forma en que nos expresamos.
Les recordaba, finalmente, lo que decía un filósofo:
"Habla, para que yo te vea".
¡Hasta mañana!...