LAS FLORES SON SÍMBOLO DE LO TRANSITORIO
Algunas, sin embargo, deberían ser eternas.
Lo digo por este geranio que abrió sus pétalos en el zaguán de la casa del Potrero. Es una flor perfecta. Un geómetra podría reducir a exactas ecuaciones su simetría. La miro y siento asombro por encontrar algo tan preciso en este mundo tan impreciso.
Yo quisiera que este geranio durara para siempre. Algo como él -alguien como él-, de tal belleza y armonía, merece la eternidad. Pero quizá la hermosura de la flor radica precisamente en lo efímero de su existencia. Durará lo mismo que un beso o que una lágrima.
Ahora este geranio es; mañana no será.
Flor de un día.
Como la vida.
¡Hasta mañana!...