JOHN DEE TENÍA EN SU BIBLIOTECA LOS LIBROS SAGRADOS DE LAS DISTINTAS RELIGIONES
Una mañana fue al bosque. Los rayos del Sol ponían su luz en las hojas de los árboles y hacían que las gotas de rocío esplendieran como joyas rutilantes.
Entre la hierba asomaban sus pétalos las flores, tan bellas que el filósofo tuvo miedo de pisarlas, pues eso habría sido pisotear la vida.
Se oía el canto de las aves y la música del agua que bajaba por entre las peñas. Pasó, fugaz aparición, una cierva con su cervatillo...
John Dee miró todo eso y dijo para sí:
-Regalaré al convento mis libros sagrados. La naturaleza es el más sagrado de los libros.
¡Hasta mañana!...