Así dice doña Rosa cuando habla de su esposo. Y al decirlo usa la expresión empleada en el Potrero para aludir a quienes no sujetan sus palabras o hechos a los límites de la discreción.
Yo digo que el viejo sí tiene tente, pero no lo usa si no le da la gana. Eso me pone a veces en apuros. Nada menos el otro día un invitado mío le preguntó: -Don Abundio: ¿vivió usted aquí toda su vida? -Todavía no lo sé -respondió él- Pero sí la que he vivido hasta la fecha.
El visitante lo mira sin entender. Yo, que conozco a don Abundio, lo entiendo sin mirar, pues vuelvo la vista a otra parte para no reír con el desconcierto de mi amigo. Y es que, bien vistas las cosas, a la respuesta del viejo le sobró de lógica lo que de gramática le faltó a la pregunta de su interrogador.
Don Abundio sí tiene tente. Pero lo usa sólo con quien debe usarlo.
¡Hasta mañana!...