El Señor y Adán contemplaban desde lo alto las campañas políticas.
Los candidatos se atacaban ferozmente con injurias y calumnias. Se insultaban con los peores adjetivos y difundían grabaciones y videos, a fin de desprestigiar a su adversario.
Bombardeaban a los ciudadanos con millones de estúpidos mensajes. Para obtener el triunfo hacían regalos a los electores, y aun les daban dinero por su voto, todo eso a costa de los contribuyentes.
Hacían promesas que cuando salían electos no cumplían.
El Creador y el hombre veían aquello, y sentían enojo y repulsión.
Después de ver todo eso el Señor rompió su silencio y le dijo a Adán:
-A ésos yo no los hice.
¡Hasta mañana!...