El último texto de Malbéne ha escandalizado a sus colegas teólogos. Yo mismo, partidario del controvertido maestro lovaniense, reconozco que sus palabras son desconcertantes. En su reciente artículo para la revista Lumen dice lo siguiente:
“Lo que importa es creer. En la noche del alma la fe pone su luz, y en las tormentas de la vida es áncora de salvación. El que no tiene fe no puede recibir el don de la esperanza, y su amor carecerá de eternidad”.
Seguidamente viene la frase de Malbéne que indignó a muchos y a mí me sorprendió:
“La fe es verdad, aunque su objeto sea mentira”.
No sé cómo interpretar esa declaración de aquel que ha dicho:
“Es mejor el bien sin teología que la teología sin bien”.
Tengo la certidumbre, sin embargo, de que por encima de todo -incluso a veces de la verdad- Malbéne pone siempre el amor.
Eso me tranquiliza.
¡Hasta mañana!...