En aquellos discípulos dijo Hu-Ssong a su tiempo:
-Por rico que seas siempre habrá alguien más rico que tú. Por pobre que seas siempre habrá alguien más pobre que tú. Ni en la riqueza ni en la pobreza consiste entonces la calidad del ser. La verdadera superioridad del hombre no debe derivar de una comparación con los demás.
Habló un discípulo:
-Maestro: la palabra "superior" es un adjetivo comparativo. ¿Cómo puedo saber si soy superior a otro si no me comparo con él?
-Compárate contigo mismo -le respondió Hu-Ssong-. El deseo de ser superior a los demás es vanidad. La grandeza reside en ser tú superior hoy al hombre que tú mismo fuiste ayer.
Los discípulos entendieron la lección. Desde ese día buscaron en sí mismos esa superioridad que no es soberbia, sino búsqueda de lo mejor.
¡Hasta mañana!...