Al paso de los años aquella hermosa dama le preguntó a Don Juan:
-¿Te acuerdas de mí?
Respondió él:
-Sí. Pero te he olvidado.
Dijo ella:
-¿Recuerdas aquella noche sevillana en que me hiciste tuya?
-Siempre la recordaré -contestó Don Juan-. Pero la he olvidado.
Quiso saber la dama:
-¿Conoces mi nombre?
Manifestó él:
-Lo llevo grabado para siempre en la memoria y en el corazón. Pero lo he olvidado.
La mujer, agradecida, exclamó entonces:
-¡Eres un perfecto caballero!
¡Hasta mañana!...