Me gustaría conocer de cuerpo presente -presentísimo- a Sophia Loren.
Ella no es una mujer. Es La Mujer. Quizá como en ninguna vive en ella el hondo misterio femenino, que los ineptos hombres jamás podremos descifrar.
A su magnífica belleza añade esta señora un gran ingenio. Se cuenta que el actor de cine Michael Dunn, hombre de estatura pequeñísima, flacucho y escuchimizado, pidió que le presentaran a Sophia. Cuando estuvo ante ella recorrió de arriba abajo con lasciva mirada aquel espléndido monumento de mujer, y luego le dijo a la Loren con descaro:
-Me gustaría hacerte el amor.
Respondió ella:
-Si me lo haces, y llego a enterarme de que me lo hiciste.
Me gustaría conocer a Sophia Loren.
Es superior a cualquier hombre.
(Igual que todas las mujeres).
¡Hasta mañana!...