JOHN DEE ERA FILÓSOFO.
Por lo tanto no era feliz.
De todo dudaba. Lo angustiaba todo. Se hacía preguntas que no podía contestar. Trataba de entender el misterio de la vida, y eso hacía que no la viviera. El problema del ser lo atormentaba, y más aún el problema del no ser.
Sucedió que una noche John Dee conoció a una muchacha. La noche se le volvió mañana. Había encontrado el amor.
Desde entonces ya no hubo misterios para él. A través del amor todo se lo explicaba. El problema del ser y del no ser no tuvo ya razón de ser.
Ahora el filósofo es feliz.
Por lo tanto ya no es filósofo.
Es hombre, sencillamente.
Y es hombre por causa de una mujer.
Esa es la mejor razón para ser hombre.
¡Hasta mañana!...