Conocí a un camaleón que no era camaleónico.
Quiero decir que no cambiaba de color como hacen los demás.
Él era de color ocre, siempre ocre.
Los demás camaleones no lo querían nada. Lo consideraban vergüenza de su especie. Por naturaleza los camaleones deben cambiar continuamente de color. Si él no cambiaba es que no era un verdadero camaleón.
Así, el camaleón que no era camaleónico fue separado del resto de los camaleones.
Ahora se esconde entre las hojas del otoño para que nadie advierta su presencia.
¡Desdichado! No me explico por qué le exigen que sea un camaleón camaleónico. Después de todo hay muchos hombres que no son humanos.
¡Hasta mañana!...