Me habría gustado conocer a Lilian Preston.
Solía asistir a cierta iglesia de Nueva Inglaterra a la cual llegó un nuevo pastor.
En su primer sermón el reverendo habló largamente del infierno, y describió en detalle sus tormentos eternales. La señorita Preston, que en ese tiempo tenía 90 años de edad, se puso en pie y dijo con voz fuerte y clara:
-Dios es amor.
Seguidamente se salió del templo. Tras ella salieron otros feligreses.
Entiendo que el Señor es justo y misericordioso, pero tengo para mí que su misericordia es mayor que su justicia. Tiendo a coincidir con Malbéne, que reconoce la existencia del infierno, pero dice que de seguro está vacío.
Me habría gustado conocer a Lilian Preston. Sabía que en esas tres palabras: "Dios es amor", caben todas las teologías.
¡Hasta mañana!...