Tomó el Señor un poco de barro -su principal materia prima y empezó a modelar la figura de un hombre.
Lo hizo alto, erguido de cuerpo, con ojos penetrantes, cejas juntas, cabeza sin pelo y vellida barba blanca. Luego le puso un libro en una mano y un cráneo de chimpancé en la otra.
Le preguntó el Espíritu:
-¿Qué haces?
Respondió el Creador sin suspender su obra:
-Estoy haciendo a un hombre que se llamará Darwin .
¿Otro hombre? -se asombró el Espíritu-. ¿No crees que ya hay bastantes hombres sobre la tierra?
-Es cierto -reconoció el Señor-. Pero necesito uno que les explique a los demás cómo hice esto.
¡Hasta mañana!...