"Entre más leyes e impuestos se crean, mayor es el número de evasores de la ley y de los impuestos".
-Lao Tse-
La Cámara de Diputados aprobó ayer por la madrugada una Ley de Ingresos cuya principal virtud es que no crea nuevos impuestos ni sube los existentes. Como es costumbre los legisladores "encontraron" 16,954 millones de pesos en nuevos ingresos a través de modificaciones de los criterios económicos. Esto permitió subir el total de 4 billones 746 mil 945 millones de pesos a 4 billones 763 mil 899 millones de pesos, aunque la cifra incluye endeudamiento nuevo por 609,240.6 millones de pesos (como si la deuda pudiera ser ingreso).
El tipo de cambio se modificó de 15.90 a 16.40 pesos por dólar, sensato si se consideran las condiciones del mercado cambiario. El precio del petróleo se mantiene en 50 dólares por barril, también adecuado ya que se ha contratado un seguro a 49 dólares.
Las modificaciones a la iniciativa presentada por Hacienda son menores y en ningún caso incrementan los impuestos. Se eleva el tope de deducciones personales de cuatro a cinco salarios mínimos, pero antes de la "reforma" de 2014 no había límites sino simplemente se exigía que las deducciones se ajustaran a ciertos conceptos, por ejemplo, que fueran gastos médicos. Se reduce la retención fiscal a los ahorradores de 0.53 a 0.50 por ciento, pero se mantiene esta injusta retención que castiga a los ahorradores pese a que sus rendimientos ni siquiera compensan la inflación.
Se amplía el universo de empresas que pueden hacer la deducción inmediata de sus inversiones, de aquellas que facturan 50 millones de pesos anuales a las que venden 100 millones de pesos al año, pero la discriminación a las empresas de mayor tamaño no se justifica. Se incrementa también el monto que puede deducirse fiscalmente en la compra de un auto de 130 mil a 175 mil pesos. Se establece un impuesto fijo a las gasolinas, pero remplaza a otro que variaba dependiendo del precio del combustible.
Otras medidas siguen llenando de parches el sistema. Se amplía el régimen de pequeños productores del campo a quienes tengan un ingreso de cuatro a seis salarios mínimos. Se reduce a la mitad el impuesto a los gorditos en las bebidas light, pero se mantiene en el pan dulce y otros productos. Una vez más el gobierno pretende convertirse en la figura paterna que decide lo que debe o no consumir una persona en violación a su libertad individual.
Se ha dado marcha atrás en una de las medidas de 2014 que ha tenido consecuencias particularmente negativas. Se restablece la exención fiscal a la venta de casa-habitación con la limitante de que el contribuyente no haya realizado otra enajenación en los tres años anteriores. La eliminación de esta exención en 2014 secó de golpe el mercado de venta de vivienda con consecuencias negativas en la economía.
Algunas de las medidas que la Cámara de Diputados ha introducido son positivas y otras negativas. Pero cada vez se ve más distante la posibilidad de que el Estado mexicano haga en este sexenio una verdadera reforma fiscal. México sigue teniendo un sistema tributario con tasas muy altas (especialmente las corporativas, que son cruciales para la inversión)-, demasiadas excepciones y una base de contribuyentes muy pequeña. Como candidato Enrique Peña Nieto prometió una verdadera reforma hacendaria, pero no cumplió.
La miscelánea fiscal de 2014 no hizo más que elevar impuestos y complicar más un sistema laberíntico. La de 2016 no hace daño. Se ha cumplido con la promesa gubernamental de no subir impuestos. Pero sigue faltando esa reforma de fondo que simplificaría el sistema tributario y establecería reglas iguales para todos sin excepciones.
HARPER Y TRUDEAU
El conservador Stephen Harper fue primer ministro de Canadá durante nueve años en que mantuvo un crecimiento superior al promedio de los países desarrollados. La crisis petrolera, empero, tumbó la expansión y ahora le ha costado la reelección a Harper. Justin Trudeau, de un Partido Liberal que no es precisamente liberal, asume ahora el gobierno.
Twitter: @SergioSarmiento