No son indocumentados, pero al igual que ellos, María Pérez y su hijo José Ángel, viajan en el lomo de la bestia o de 'aventón' en los camiones de carga para llegar a la frontera, a Piedras Negras, en busca de una mejor vida.
Viven en la colonia Luis Echeverría, de la ciudad de Durango, pero tras varios días de viaje llegaron a San Pedro, donde se quedaron un día para descansar y pedir dinero para reunir los 230 pesos que les cobra el camión a Piedras Negras y así llegar más rápido, para el medio día habían reunido 130 pesos pero. "Si no los juntamos, pues le seguimos de raid", expone María.
José Ángel, quien ahora tienen 27 años, platica que desde los 15 años por la miseria en la que vivían decidió aventurase junto con unos amigos y salir a trabajar a otras ciudades, ya que en Durango los salarios son muy mal pagados; "ganas 600 o 700 pesos en la obra, de lunes a sábado, por eso uno prefiere uno salir a otro lado".
Su intención es llegar a Piedras Negras para emplearse como albañil en la construcción de casas de Infonavit, con un sueldo de mil 200 por semana, además que el encargado de la obra le permite dormir en las viviendas que están construyendo, y de esa forma disminuye sus gastos, para poder ahorrar dinero y cuando se termina el trabajo regresar a casa. María dice que ella se empleará limpiando casas, preparar comida o de lo que sea; "menos haciendo cosas malas".
Dice que a su cargo tiene una hija que no puede trabajar y tiene tres niños de 9, 8 años y una de un año 6 meses. Sobre los peligros a los que se exponen, María dice que Dios los acompaña y no ha pasado nada, pero José dice que le ha tocado sobrevivir a algunos incidentes provocados por el crimen organizado.