Finanzas Buen Fin Aguinaldo FINANZAS PERSONALES Buen Fin 2025

Moneda universal

SALVADOR KALIFA

La crisis financiera de Estados Unidos (EU), que estalló por el problema de las hipotecas y que desembocó en la Gran Recesión de 2008-2009, hizo que en esos años algunos plantearan la necesidad de buscar una moneda alternativa al dólar que fungiera como una moneda universal, o por lo menos que fuera aceptada como referencia global por muchos países.

En esos años se habló bastante del euro y hasta del yuan chino, así como de los Derechos Especiales de Giro, que desde su creación en 1969 han tenido un uso limitado como activo de reserva y su función principal es la de servir de unidad de cuenta para los recursos que manejan el Fondo Monetario Internacional y otros organismos internacionales.

Los economistas no negamos las bondades de contar con una moneda universal, si se llegase a encontrar, pero somos poco entusiastas respecto a su adopción. Esto es cierto en particular para el euro, que con las crisis de Grecia, España y otras naciones del sur de Europa, pone de manifiesto las dificultades de tener una política monetaria unificada endistintos Estados soberanos que, por lo mismo y por necesidades particulares, aplican individualmente sus demás políticas económicas.

El respaldo del dólar como moneda de uso generalizado obedecea la confianza en la economía de EU y a la credibilidad de su política monetaria. Por eso no es extraño que, una vez superada los peores años de esa crisis, el problema actual sea más bien de una enorme fortaleza de la divisa estadounidense.

Atrás quedó el cuestionamiento que de dicha moneda hacían, por ejemplo, los gobiernos los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, así como los de China y Rusia, que en esa época diversificaron la composición de sus activos internacionales, pero cuyas economías atraviesan hoy día penurias crecientes y sus monedas pierden terreno frente al dólar.

También podemos olvidarnos del entusiasmo que crearon las naciones emergentes, donde se señalaba que serían las economías líderes del siglo XXI. Ciertamente algunas, como China, destacarán en el futuro, pero la gran mayoría regresará al terreno de la volatilidad y la mediocridad económica, con el resultado subsecuente de que sus monedas seguirán debilitándose en relación con el dólar.

La economía mexicana y el peso no son la excepción. En los primeros años de esta década se puso de moda hablar del Momento México, que a muchos hizo abrigar la esperanza de que ahora sí, con las reformas económicas y la participación de la inversión privada en el sector energético, podríamos crecer aceleradamente y veríamos una apreciación del peso.

Hubo, de hecho, quienes apenas hace unos años visualizaban una entrada abrumadora de capital externo a nuestro país que llevaría la cotización del dólar a alrededor de 10 pesos. La realidad ha sido totalmente distinta.No hemos crecido aceleradamente, ni hemos visto un fortalecimiento de nuestra moneda. El peso, como muchas otras monedas, ha perdido terreno frente al dólar, que es el refugio preferido de los inversionistas y seguirá siéndolo en el futuro previsible.

Los próximos meses servirán para aquilatar qué tan fuerte es el dólar y qué tan capaces serán los bancos centrales del resto de las naciones para amortiguar los efectos negativos, sobre sus economías y monedas, de un cambio en la dirección de la política monetaria estadounidense.

La Reserva Federal (Fed) está próxima a elevar la tasa de interés de los fondos federales. La gran duda sigue siendo cuándo ocurrirá la primera alza. La mayoría de los miembros del Fed esperan sea este año, mientras que los mercados preferirían fuera hacia la mitad del 2016.

Luego el Fed tendrá que proceder a la normalización de su política monetaria, lo que bien puede tomar varios años. Al respecto, no está claro el proceso que seguirá para recomponer su balance, donde ahora figuran las masivas compras de valores adquiridos en las distintas rondas de relajamiento cuantitativo y que, al deshacerse de ellos, provocará mayor volatilidad financiera.

En todo ese tiempo será crucial la habilidad de los distintos bancos centrales, en nuestro caso el Banco de México, para amortiguarlos daños que dicha normalización pudiera causar sobre sus economías y monedas.

En síntesis, fue una ilusión contemplar la posibilidad de encontrar una moneda universal diferente al dólar, ya que no existen alternativas viables que pudieran sustituirlo como la moneda internacional por excelencia. La divisa estadounidense continuará, por muchos años,como la aproximación más cercana a ese ideal.

Leer más de Finanzas

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Finanzas

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1156830

elsiglo.mx