Condicionada. La despepitadora opera normalmente, pero tendrá qué cumplir requisitos.
La planta despepitadora Algodonera Zapata continuará funcionando de manera condicionada y bajo monitoreo permanente por parte del Municipio, y contará con un plazo de tres meses para cumplir todas las normas y obtener el permiso definitivo.
Luego de las quejas presentadas por habitantes del fraccionamiento San Patricio, ubicado a un costado de la empresa, iniciaron labores de supervisión diaria en el manejo de residuos sólidos, control de las emisiones de partículas a la atmósfera y de los ruidos, de acuerdo a los límites que establecen las Normas Oficiales Mexicanas.
El director del Instituto de Ecología y Protección al Ambiente, Hugo Leonel Salas informó que también se pidió a la empresa presentar un estudio perimetral de partículas y de ruidos, el cual debe ejecutarse por un despacho o consultor ambiental privado, para determinar si se respetan los límites.
Se le requirió además una Licencia Ambiental Única, que expide la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Estado.
Todas estas condiciones deberán cumplirse para obtener la licencia de funcionamiento, pues actualmente opera con un permiso temporal.
De no cumplir todos estos requisitos en el plazo de tres meses, se dictaminará de manera negativa y se le revocará la licencia de funcionamiento condicionada, que se le otorgó el pasado miércoles cuatro de marzo; los cinco días subsecuentes se supervisó que no hubiera contaminación por emisiones de ruido y de partículas a la atmósfera superiores a la norma.
El problema surgió el lunes nueve pasado, por una presunta negligencia de un trabajador al liberar las partículas del cuarto de concentración, lo cual generó la dispersión de los residuos al día siguiente, con la subsecuente molestia para los vecinos. Por este motivo se impuso una multa a la empresa.
En cuanto a la medición de las emisiones de ruido en cuatro puntos diferentes de la planta, se encontró que tres están por debajo de la norma oficial, y el último que no está cerca de la barda perimetral del fraccionamiento San Patricio, se encuentra en el límite, luego de la última revisión efectuada en días pasados.
La Norma Oficial Mexicana 081-ECOL-1994 establece que en el día el ruido permisible es de hasta 68 decibeles y en la noche es de 65 decibeles.
Según la medición realizada el 10 de marzo a las 11 de la noche, los resultados en tres de los puntos estuvieron por debajo y el cuarto, dos decibeles por encima de la norma.
Pero el miércoles 11 de marzo por la mañana, se constató a los alrededores de la empresa, que no hubo más contaminación por partículas.
Como parte del seguimiento, ayer se efectuó una nueva inspección y no se detectaron residuos de la fibra de algodón, dijo el responsable del Instituto de Ecología; tampoco se encontraron anomalías en la emisión de ruidos.
Los vecinos han sido atendidos hasta en tres ocasiones con los directores involucrados en el asunto de la empresa -Protección Civil, Obras Públicas y Ecología-, dijo el responsable de ésta última.