ENTRADA.- El horroroso asunto de Ayotzinapa sigue su marcha. En medio de un herradero infinito las autoridades continúan su inavabada lucha por encontrar los restos de 43 estudiantes asesinados. Después de más de un año el ministerio público federal no ha podido ni siquiera, precisar el lugar exacto en donde fueron quemados aquellos jóvenes. Parecería que los muchachos fueron evaporados o abducidos por los misteriosos hombrecillos grises que tripulan los OVNIS.
SOPA.- Lo más notable de todo esto, es que se convirtió en el punto de toque del gobierno de Peña Nieto que no teniendo culpa alguna directa o indirecta en los hechos. Así las cosas, el imaginario colectivo de la sociedad, alimentado muy especialmente por los propios medios y revolcado por las redes sociales, vienen señalando al gobierno como el autor material o intelectual de los crímenes cosa que raya en la estupidez.
PLATO FUERTE.- Ahora resulta que según el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), el 26 y 27 de septiembre no hubo ningún tipo de incendio en el basurero de la municipalidad de Cocula. Que existe un reporte meteorológico que demuestra con imágenes satelitales tal hecho. Que las fotografías satelitales con cámaras ultravioleta que operan día y noche y que son capaces de registrar incendios, esa fatídica noche no detectaron luces o llamaradas en Cocula. Aseguran además, los informes meteorológicos que la noche del 26 y madrugada del 27 no llovió en Iguala.
Respecto del crimen masivo quedarían otros y varios hechos por aclarar, tales como: ¿Qué andaban haciendo los muchachos a esas altas horas de la noche merodeando terminales de autobuses? ¿Con que objeto secuestraron los camiones suburbanos? ¿Cuál cartel de la droga tuvo la voluntad de asesinarlos con tan feroz crueldad, saña y odio como para desaparecerlos de la faz de la tierra?
Cual cartel tiene la capacidad para tomar como rehén a 43 personas, transportarlas, manejarlas, subirlas, controlarlas y bajarlas de los vehículos en que los transportaban hasta el lugar de incineración? ¿Cuánto asesinos y sicarios fueron necesarios para hacer tales maniobras y cuantas personas intervinieron en los hechos? ¿Cómo es posible evaporar 43 personas sin dejar rastro o huella alguna?
Todas estas incontestables preguntas se hace la sociedad tratando de entender este asunto, sobre todo el porque de la saña, salvajismo, crueldad y odio que se aplicó a las víctimas.
No sabemos de las declaraciones de los procesados ni cuáles las acciones del fiscal para comprobar las acusaciones. Y lo más difícil en cualquier proceso: como lograran comprobar la responsabilidad a un sujeto determinado, sin la existencia real del cadáver de la víctima y plenamente identificada.
Esto da la impresión de dos cosas: O existe una oscura voluntad de que el crimen no sea aclarado o la incapacidad de las autoridades investigadores es de tal magnitud, que intelectualmente están impedidos para cumplir con su tarea. Lo que sí es cierto, es que nuestra sociedad, ante la impotencia y confusión existente, se está comportando como aquel perro que dándose vueltas sobre sí mismo, trata de morderse la cola.
Por lo pronto los deudos, amigos y abogados de las victimas ya viajaron a varios países de América y de Europa en lujosos aviones, hospedados en elegantes hoteles y con gastos de turistas pudientes casi con trato de diplomático.
Estos mismos personajes también han organizar marchas, plantones y viajes de protestas que sumados en su conjunto representan muchos millones de pesos. Lo que fuera un horrendo crimen se ha venido a convertir en un lucrativo modus vivendi o negocio para algunos y palanca de presión política contra el gobierno para otros.
De ahí que dentro de todos los grandes misterios que encierran los crímenes de Iguala, existe este otro: ¿Quién está pagando los gastos de los deudos, parientes, amigos y abogados como para viajar por todo el mundo y agitar dentro del país?
POSTRE.- El asunto da más preguntas que respuestas pero pensamos jamas será aclararse. es juna una gran piedra en el zapato del gobierno federal y hasta su último día y será bandera de la oposición para el 2018, si no al tiempo.