Los tres extranjeros y la ciudadana filipina secuestrados hace tres semanas en un complejo hotelero en la isla de Samal, en el sur de Filipinas, han pedido ayuda a las autoridades y transmitido las exigencias de los secuestradores en un vídeo hecho público anoche.
"Pedimos al Gobierno de Canadá que por favor, por favor nos ayuden y al Gobierno de Filipinas que ponga freno a las operaciones que han estado llevando a cabo, como el fuego de artillería, (...) las bombas y las operaciones militares", afirma en el vídeo uno de los rehenes, John Ridsdel, ciudadano canadiense.
En las imágenes, publicadas en la página web de Youtube, John Ridsdel aparece junto a sus tres compañeros: otro ciudadano canadiense Robert Hall, el noruego Kjartan Sekkingsta, y una filipina, Marites Flor, pareja de Hall.
"A mi familia y amigos, estoy bien pero en gran peligro. Os pido que contactéis con el Gobierno canadiense y les pidáis que cooperen con el Gobierno filipino para que dejen de bombardear. Por favor, ayuda", afirma por su parte Hall en el mensaje.
"Cumplan sus demandas lo antes posible o es posible que nos maten", agregó Sekkingsta.
Los 4 rehenes, de los cuales la filipina es la única que no interviene en el mensaje, aparecen rodeados por una docena de hombres fuertemente armados, la gran mayoría con los rostros cubiertos, y una bandera de Al Qaeda de fondo.
Por ello, se cree que los secuestradores, que hasta ahora no se habían responsabilizado del ataque, pertenecen al grupo rebelde islamista de Abu Sayyaf, vinculado a Al Qaeda.
"Ni operaciones militares ni ataques de artillería. Una vez cumpláis con nuestros requerimientos podemos hablar de negociaciones y demandas", afirma al final del vídeo uno de los hombres armados.
Abu Sayyaf, que también se ha declarado seguidor del Estado Islámico, lleva a cabo frecuentes secuestros en el sur de Filipinas por los que ha obtenido varios rescates, con los que se financia.
Actualmente tiene bajo su custodia a otros 3 ciudadanos extranjeros, un coreano y dos malasios.
Este grupo terrorista fue creado en 1991 por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la antigua Unión Soviética y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en Filipinas y numerosos secuestros con los que se financia.
Aunque el Gobierno de Filipinas firmó en marzo de 2014 un importante acuerdo de paz con el principal grupo armado, Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), el pacto no incluía a otras formaciones rebeldes, como Abu Sayyaf o los Luchadores por la Liberación Islámica del Bangsamoro (BIFF), que permanecen activos en la zona.
