Música, aliada del sexo
Los amantes tienen caminos alternos para llegar al éxtasis sexual. No existe una fórmula única para disfrutar el vestirse con la piel del otro. Todos los sentidos se suman para fundirse en el clímax.
La música acompaña a la humanidad desde los más antiguos tiempos; el sonido de las arpas, liras, instrumentos de viento, etcétera son y seguirán siendo acompañantes de la danza íntima del encuentro sexual.
El joven que baja música en su computadora o dispositivo portátil quiere compartirla con su pareja para juntos, de manera sincrónica, encontrar un mayor nivel de comunicación, es decir, lograr la empatía musical.
Sentirse unidos por los mismos gustos, vibrar en su interior, gozar con las caricias físicas y la música envolviendo los cuerpos es un recurso ampliamente usado por jóvenes y no tan jóvenes. Cada pareja tiene un tema musical que les identifica y les crea esa sensación de pertenencia, escucharlo les hace evocar las sensaciones primeras y el deseo de repetirlas.
Son los seres humanos esclavos de sus hábitos, caen con frecuencia en la repetición y la nostalgia los empuja a retornar a sus fuentes de origen. El dolor de épocas pasadas donde el amor, la pasión y el anhelo fincaron sus raíces, hace que las personas se identifiquen con un tema musical e inmediatamente al escucharlo se conecten a esa época o situación.
Llevada la música a la cama puede ser -y es- un complemento extraordinario que puede levantar los ánimos y encender la mecha de la pasión al mismo tiempo que marcar un ritmo acorde al devaneo sexual. La música como recurso previo a la acción intensiva del coito puede verse asociada a la danza. Cada pareja escoge el camino que desea para incluir a la música en su repertorio amatorio.
EFECTOS DE LA MUSICA EN LA VIDA SEXUAL
Cada persona tiene su música predilecta, la pareja puede o no compartir los mismos gustos musicales, sin embargo, pueden acompañar su vida íntima conjuntando música de fondo para sus encuentros.
La música, suave, lenta, pausada, ofrece tranquilidad en el encuentro erótico, no así la estridencia de algunos ritmos que incluso enervan a la pareja y pueden cortar su impulso sexual.
No existe una música cuyo propósito sea exclusivamente incentivar el placer sexual. Cada pareja requiere encontrar su propio ritmo. Lo que sí se puede afirmar es que el ritmo armonioso, agradable al oído, generara sensaciones placenteras favorecedoras del plan erótico.
Si la pareja está bien avenida y el encuentro sexual inicia de manera excitante, entonces el sistema hormonal liberará endorfinas que provocarán una mayor sensación placentera a fin de llegar al clímax sexual. La música alterará el ritmo respiratorio y latido del corazón contribuyendo a la excitación sexual del momento.
La tensión muscular, propia de la excitación sexual, se verá apoyada por el ritmo musical que cada pareja elija y las sensaciones piel con piel se verán incrementadas. Todo el encuentro intimo se verá influenciado por la música que, bien elegida, puede hacer una enorme diferencia en la apreciación del placer. Si al escoger el tema musical de fondo no se eligió alguno que fuera del agrado de uno de los participantes, entonces todo se vendrá abajo, de modo que hay que ser muy cuidadosos al respecto.
INFLUENCIA MUSICAL EN LA VIDA
De alguna manera todos y cada uno, en el baúl de los recuerdos, guardan la imagen que evoca junto a la melodía que enmarcó un momento destacado de su vida, pudiendo ser este agradable o desagradable, doloroso o apacible. Cada persona tiene su propio almacén de recuerdos musicales.
La manera de conservar estos recuerdos musicales conlleva sensaciones que desee mantener y expresar libremente, como cuando una canción lleva a otra o el tema musical de una película transporta al escucha a la escena que le dejó impactado. Los productores de temas musicales para películas destacan la importancia del apoyo musical a fin de calar hondo en la sensibilidad del escucha.
Quien siente la música en cada paso que da, lleva ventaja sobre quien no tiene este don, pues al recordar musicalmente sus vivencias puede repetirlas e incluso proyectarlas variando de ritmo o tema musical.
El don de escuchar con limpia claridad la música y asociarla a momentos valiosos en la vida de cada quien, le ofrece al escucha la posibilidad de dar a sus recuerdos emociones con intensidad no sólo de sonido, sino de olor, brillo, textura.
Quien posee la capacidad de interpretar música tiene un canal adicional para influir e influirse. Su don musical logra despertar adeptos que le siguen y proyectan sobre él aceptación, admiración, cualidades de alto impacto en el ser humano.
Vemos la poderosa influencia de músicos, cantantes y grupos, que diariamente llevan al paroxismo a sus adeptos; los estadios resultan insuficientes para albergar a sus seguidores y las redes sociales repiten y multiplican su impacto.
Nunca como hoy la música de todos los géneros está tan a la mano. Con tan sólo un clic se puede escuchar y ver a cualquier género del mundo, llevar esa imagen y sonido a su recámara y trasformar este íntimo espacio en un melodioso rincón erótico.
La historia de la humanidad es un testigo fiel de la influencia musical en la vida sexual. Las caravanas que llegaban a Egipto hacían sonar las trompetas para demostrar poderío y sometimiento. Hombres y mujeres por igual dejaban que músicos llenaran sus aposentos de melodías que invitaban al amor.
Actualmente, en nuestro tiempo, cada uno sabrá elegir la música que favorezca sus capacidades amatorias. La decisión está en sus manos.
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