Internacional Jeffrey Epstein Chile Israel-Palestina Donald Trump Narcotráfico

Hiroshima

Nagasaki, a 70 años del pánico

EL MINISTRO ABE SE PRONUNCIA EN CONTRA DE LA FABRICACIÓN DE ARMAS NUCLEARES

Armas. Pide el Papa Francisco terminar con el horror de las armas nucleares.

Armas. Pide el Papa Francisco terminar con el horror de las armas nucleares.

EFE

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, revalidó ayer el compromiso de Japón contra el uso de armas nucleares tras la polémica reforma militar emprendida por su Gobierno, durante la conmemoración del 70 aniversario del ataque atómico contra Nagasaki.

Abe afirmó que el país seguirá respetando los principios antinucleares que adoptó en 1967, en un acto que contó con una asistencia récord y que estuvo marcado por los toques de atención al Ejecutivo por su reinterpretación de la Constitución pacifista, al igual que el celebrado el día 6 en Hiroshima.

"Como único país que ha experimentado los horrores de un ataque nuclear, lideraremos los esfuerzos para conseguir un mundo libre de armas atómicas", dijo el primer ministro nipón en su discurso ante unas 6,700 personas.

Japón "seguirá adhiriéndose a los principios de no producir ni poseer armamento atómico y de no permitir la entrada de estos artefactos en el país", dijo Abe, quien quiso despejar así las dudas sobre la posibilidad de que su Ejército pueda transportar armas nucleares en operaciones de apoyo a aliados tras su reforma militar.

Al acto asistieron delegaciones de 75 países, entre ellos representantes de ocho potencias nucleares como Estados Unidos e Irán, así como "hibakusha", nombre que reciben en Japón los supervivientes de los bombardeos nucleares estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial. Durante sus intervenciones, el alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, y un representante de los "hibakusha" rechazaron la reinterpretación de la Constitución impulsada por Abe, y le instaron a respetar el camino pacifista que ha seguido a Japón en las últimas siete décadas.

"Nunca debemos abandonar este principio, sobre el que se ha construido la prosperidad del Japón actual. No podemos olvidar los recuerdos trágicos que nos dejó la guerra", dijo Taue en su "Declaración por la Paz"."Esta reinterpretación puede llevarnos de nuevo a la guerra, o a que Japón maneje o transporte armas nucleares. No podemos aceptar que esto suceda", afirmó por su parte Sumiteru Taniguchi, un "hibakusha" de Nagasaki de 86 años que sufrió graves quemaduras por el bombardeo atómico. El ministro nipón de Defensa, Gen Nakatani, admitió el pasado miércoles que con esta reforma Japón podría "técnicamente" transportar armas nuclear, aunque acto seguido descartó esta posibilidad esgrimiendo los tres citados principios nucleares adoptados por Japón tras su derrota en la II Guerra Mundial. Estados Unidos lanzó el primer ataque nuclear de la historia sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y tres días después lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, lo que condujo a la capitulación de Japón el 15 de agosto.

Más de 74,000 personas murieron en el acto y otras 63,000 posteriormente por la radiación y las heridas causadas por la explosión, que barrió del mapa la tercera parte de Nagasaki y prácticamente la totalidad de su área industrial.

 MARCÓ A UN HOMBRE

Con algunos problemas en su brazo izquierdo, que nunca se ha enderezado del todo, Sumiteru Taniguchi se quita lentamente la camiseta interior que recubre su frágil cuerpo de 86 años para mostrar a sus dos visitantes las cicatrices de la bomba atómica de Nagasaki.

Durante 70 años ha vivido una red de heridas que cubren la mayor parte de su espalda mientras los restos de tres costillas medio podridas ejercen una presión constante contra sus pulmones, lo que le dificulta la respiración. Su esposa sigue aplicándole cada mañana una crema hidratante que reduce la irritación de sus marcas. No hay día en que no sufra dolores.

Tenía 16 años y un trabajo como cartero cuando la potente explosión lo tiró de la bicicleta. Estaba a unos 1.8 kilómetros del epicentro de la bomba de plutonio "Fat Man" que estalló sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 matando a más de 70,000 personas. Seis días después, Japón se rindió poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial. Hablando con un tono de voz débil y no sin esfuerzo, el mes pasado recordó la historia de cómo había pasado tres días vagando en un sueño, sin ser consciente de la gravedad de sus heridas. Sentía como una especie de girones de tela prendidos en su espalda, hombro y brazo: era su propia piel.

Pasó los siguientes 21 meses tumbado bocabajo, recibiendo tratamiento para su espalda quemada, la carne en descomposición y los huesos expuestos. Entrando y saliendo de un estado de inconsciencia, podía oír a las enfermeras que pasaban por el pasillo y se preguntaban unas a otras si el chico seguía respirando. Pensó: "Sólo mátenme".

Al pasar tanto tiempo tendido sin moverse, al crecer, uno de sus huesos de adolescente bloqueó la articulación del codo por lo que nunca ha podido extender completamente el brazo.

Taniguchi espera que nadie más tenga que sufrir por las armas nucleares. Preside un grupo de sobrevivientes de Nagasaki que lucha contra la proliferación nuclear, aunque su avanzada edad y una neumonía hacen cada vez más difícil que juegue un papel activo. Tras muchos años, sus palabras están teñidas de frustración. "Sólo quiero que esto acabe", dijo volviendo a colocarse la camisa.

Clama Papa contra la guerra

El papa rememoró ayer el bombardeo nuclear contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, un hecho que constituye "un perenne llamamiento" a la humanidad para que repudie la guerra y acabe con estas armas.

En estos términos se expresó el pontífice tras el rezo del Ángelus dominical, que coincidió con el septuagésimo aniversario del bombardeo atómico estadounidense contra la ciudad japonesa de Nagasaki, después de recordar el pasado jueves el de Hiroshima.

"Hace setenta años, el 6 y el 9 de agosto de 1945, se produjeron los tremendos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki. Después de tanto tiempo, este trágico evento suscita aún horror y repulsión", afirmó el papa Francisco Y añadió: "Este hecho se ha convertido en un símbolo del desmesurado poder destructivo del hombre cuando hace un uso perverso de los progresos de la ciencia y de la técnica y constituye un llamamiento perenne a la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y acabe con las armas nucleares y de destrucción masiva".

Francisco señaló ante los fieles que se congregaron en la plaza de San Pedro que "esta triste efeméride nos anima sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz" con el fin de "difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos".

74

MIL

personas murieron al memento del lanzamiento.

63

MIL

personas más murieron después del lanzamiento.

Leer más de Internacional

Escrito en: nagasaki Hiroshima bomba atómica

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Armas. Pide el Papa Francisco terminar con el horror de las armas nucleares.

Clasificados

ID: 1141228

elsiglo.mx