Misiles. Aspectos de Yemen en donde se observan misiles lanzados por los dos bandos en conflicto.
La primera ronda de las consultas de paz sobre Yemen concluyó ayersin que el Gobierno y los rebeldes hutíes lograran acordar un cese de las hostilidades que permita contener la catástrofe humanitaria en el país, donde más del 80 por ciento de la población necesita asistencia para sobrevivir.
"Una catástrofe humanitaria es inminente en Yemen", alertó ayer en una rueda de prensa el secretario general adjunto para asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O'Brien, quien indicó que el 80 por ciento de la población, 21 millones de personas, necesitan ayuda urgente.
El país vive una crisis política desde 2011, que se agudizó con el levantamiento en armas de los rebeldes hutíes (chiíes) en septiembre del año pasado.
En febrero, los rebeldes consiguieron controlar la capital, Saná, obligando al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, a exiliarse en Arabia Saudí.
A finales de marzo, Arabia Saudí formó una coalición de países árabes que ha estado bombardeando Yemen desde entonces, lo que ha dejado más de 2.600 muertos, la mitad de ellos civiles, y ha exacerbado la ya desesperada situación de la población.
"Las personas no tienen qué comer. Los servicios básicos están colapsando en todas las regiones. Millones de personas no tienen acceso al agua potable, ni al saneamiento, ni a la salud básica", agregó O' Brien.
A pesar de este acuciante escenario y de que las necesidades aumentan de hora en hora, las partes en conflicto no consiguieron ponerse de acuerdo esta semana en Ginebra para cesar las hostilidades y permitir una pausa humanitaria.
"Creo que hay acuerdo en las dos partes sobre la importancia de lograr una tregua. Sin embargo, se necesitan más consultas para lograr un acuerdo", señaló el enviado especial de la ONU para Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed.
Con esa declaración pública, el mediador ponía fin así a cuatro días de consultas a dos bandas, en los que los representantes de los hutíes y del gobierno en el exilio no se han reunido ni una sola vez, ni tan siquiera han estado en el mismo edificio.
Uld Sheij Ahmed se ha dedicado a mantener reuniones por separado con ambas delegaciones y a intentar encontrar puntos de entendimiento con el objetivo final de lograr una tregua, algo que no ha conseguido.
Uno de los principales escollos para el entendimiento ha sido que el Ejecutivo en el exilio exigía la retirada de los rebeldes de las ciudades, y éstos se han negado, argumentando que sólo lo harán cuando se haya constituido un gobierno de unidad o se hayan celebrado elecciones y se haya constituido un gabinete elegido democráticamente.
El mediador no quiso señalar a nadie como culpable del fracaso de esta primera ronda y se limitó a decir que en tiempos de guerra es muy difícil alcanzar acuerdos.
"Lo que hay que destacar es que a pesar del conflicto y de las arduas batallas que se viven actualmente en Yemen, las dos partes han logrado venir a Ginebra y participar en el diálogo", destacó.