Condición. Aunque las vías para los transeúntes parecen encontrarse en condiciones normales, hay un sinnúmero de obstáculos para las personas discapacitadas.
Hay desconocimiento en las dependencias encargadas de la obra pública, así como en los contratistas, respecto a las necesidades de las personas con discapacidad.
Así lo consideró Emmanuel Meraz Hernández, encargado de capacitación del Centro de Estudios para Invidentes de Durango, A. C. (CEID), quien consideró que existe mucha falta de interés en las necesidades de las minorías.
Consideró que la implementación de líneas en las banquetas tuvo una buena intención, pues su objetivo es que las personas con problemas visuales, puedan guiarse con éstas.
Sin embargo, en el mismo trayecto, los invidentes se encuentran con que el paso no es totalmente libre, pues hay postes, teléfonos públicos, medidores de la luz, árboles y otros obstáculos, muy cercanos a dichas líneas.
"A veces lo que les falta a las autoridades es preguntar un poco sobre las necesidades de la población y no solamente hacer lo que en apariencia es lo más conveniente", dijo.
Meraz Hernández, consideró que no es descabellada la idea de acercarse a los titulares de las dependencias encargadas de la obra pública e invitarlos a hacer un recorrido por la calle, con antifaz.
"Que se den cuenta la importancia de la ubicación de los macetones, los cajetes de los árboles, la altura a la que se encuentran los letreros, los botes de basura y otros implementos que para los invidentes llegan a convertirse en un riesgo".
REALIDAD
Comprendió que para la mayoría de los ciudadanos, todo es normal en apariencia, pero hay que pensar un poco más en las minorías, no solamente con deficiencia visual, sino en las que utilizan silla de ruedas o tienen otro problema.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 10 por ciento de la población en el estado tiene algún tipo de discapacidad, de ellos el 2 por ciento tienen alguna deficiencia visual.
Sin embargo, esta cifra podría quedarse corta con la realidad, ya que todavía existen familias que esconden a sus discapacitados, sin darles la oportunidad de ser alguien en la vida.
Actualmente son más de 38 personas las que reciben capacitación y herramientas para valerse por sí mismas, Centro de Estudios para Invidentes de Durango.
