Tenía mucho tiempo de no ver y menos testificar de cerca, el trabajo real de un docente entregado a los niños que cursan su formación primaria. La maestra María Teresa Ortiz Santos, directora del colegio Liceo Mexicano Americano, ubicado en Residencial La Hacienda, es digna de reconocimiento. Gente como esta persona, debe ser quien dirija el servicio educativo, capaz de comprometer a los padres de familia, involucrarlos en la vida educativa del niño y hacerlos entender que es en el seno familiar donde se cultiva la educación inicial, los valores. Es indiscutible, si la preocupación para componer y mejorar el comportamiento humano, la convivencia social va en serio, la relación del servicio educativo con la vida espiritual debe ser una realidad. Al término de una ceremonia religiosa que concentró a familias completas acompañando a los niños que cursan la primaria en ese plantel, la maestra Teresita, sostiene que es una realidad, la formación educativa debe ir de la mano con la vida espiritual, despertar y alimentar las cuatro líneas del ser humano: Cuerpo, mente, espíritu y quehacer por los demás, capacitar desde pequeños para el armado de una sociedad mejor. El plantel cuenta con una población total de unos 150 alumnos, es notorio que en esta escuela la prioridad es la formación educativa y espiritual del alumno… No es un negocio como muchas otras escuelas de Torreón que exhiben un crecimiento sorprendente en sus instalaciones, pero que de fondo se aprecia el abandono al verdadero apostolado docente. En 2013, la Conferencia del Episcopado Mexicano presentó ante todos los sectores sociales -padres de familia, rectores de universidades, autoridades civiles, trabajadores de la educación, estudiantes--, el documento titulado "Educar para una Nueva Sociedad", dando respuesta a la llamada emergencia educativa, un documento que surge ante el fracaso educativo y debido a que no hemos sido capaces de ofrecer hoy a las nuevas generaciones, lo que por deber tenemos que transmitirles, principalmente valores que dan fundamento a la vida. Una de las principales fuerzas opositoras la representa el Sindicato Magisterial y la misma Secretaría de Educación, pues de alguna manera, el documento propone el inicio del fin de la mezcla educación y política. Proponen los obispos de México que la tarea educativa es una responsabilidad compartida y parte de aquí la exigente demanda de una educación auténtica y de la necesidad de educadores que sean verdaderamente tales: Los padres, en su inmensa mayoría preocupados, y con frecuencia angustiados por la educación. Abundando en la presentación de la CEM, se detecta que el documento es parte de un desafío que a nivel mundial se le conoce también como la emergencia educativa, futuro de nuestros hijos que exigen docentes con verdadera vocación y que hoy viven la triste experiencia de la decadencia de la escuela y la sociedad, cada vez más amenazada en las bases de la convivencia. En la escuela Liceo Mexicano Americano, se practica ya esta formación, igual que en otras escuelas de la región seguramente; sin embargo, había pasado mucho tiempo de no ver maestros entregados y preocupados en la formación de gente de bien.
Por Martín Chávez
