Qué ganas con felicitarla, darle un abrazo y decirle que la quieres si la mayor parte del año le das problemas y la haces sufrir. ¿Qué es lo que verdaderamente hace feliz a una madre? Ver unida a su familia, ver sanos a sus hijos, constatar que hay amor, respeto y respaldo mutuo entre los seres que salieron de su vientre… Cuando nace un hijo, nace también una esperanza para una madre, una esperanza que muchas veces se convierte en todo lo contrario… Ayer que fui a jugar futbol a las canchas de Ha Pok, antes de iniciar el partido, escuché a un cuate que le preguntó a otro ¿cómo andas, pisteaste ayer? Y la respuesta fue: Sí, festejamos a mi jefa y valió queso, me puse bien borracho. ¿Para qué te sirve una mamá?, ¿para qué la buscas normalmente cuando no es su día? Para que te cuide a tus hijos, para que te preste dinero, para que te saque de broncas, para dejarle todo el quehacer de la casa, mientras tú estás viendo el celular, para que te siga manteniendo aun cuando ya tienes más de veinte años… para seguirla sangrando. Más bien el diez de mayo y cada diez de mayo el hijo lejos de festejar a la mamá, debe hacer un acto de conciencia para tratar de conocer si su madre está conforme con su comportamiento, si la madre es realmente feliz con tu persona como hijo. "Te amo", "Te quiero", "Gracias por ser mi mamá", son muchas veces palabras huecas, simples palabras que casi de manera obligatoria se deben decir ese día. Es común que el abrazo vaya acompañado de una lágrima y la súplica de un perdón por ser borracho, drogadicto, o bien, un holgazán, y el compromiso inmediato de cambiar para el futuro; sin embargo, la ventaja de estar acostumbrado a expresar palabras huecas es que ya ni la mamá se la cree, pues a los pocos días todo volverá a la normalidad y el compromiso de cambio quedó atrás, como el buen deseo para la madre. Cómo se le puede felicitar a la mamá, cuando tú como hermano andas peleado con tus hermanos; cuando tienes a la mamá esperándote toda la noche hasta que llegas bien borracho, sin darte cuenta que te están esperando, cuando renunciaste a los estudios, sabiendo que era la luz de esperanza y la acción que hacía más feliz a tu madre, cuando por tu irresponsabilidad perdiste el trabajo, sabiendo que tu colaboración semanal era de gran ayuda para tu jefita. Un abrazo no hace verdaderamente feliz a una madre, son las acciones diarias… Deja tus vicios, sé responsable, apoya a tus hermanos, deja de tomar ventaja y de aprovecharte por el cariño que te tiene tu madre que todo te pasa y te perdona. Mi felicitación y mi reconocimiento en el diez de mayo, no es para las madres, es para los hijos que verdaderamente se dan por tener feliz a la madre, es para el joven que asume un reto para mejorar la condición de vida de su madre, para el hijo que todos los días sale tempra de su casa a ganarse la torta, pues eso tendrá contenta a la jefa. Es para quien entiende realmente el significado del amor que de ninguna manera es sinónimo de un abrazo obligatorio que se da ese día.
Por Martín Chávez