Las Guerreritas animaron a los aficionados antes del encuentro. Nublado empate en el estadio Corona
Ni el regreso al horario sabatino atrajo a los aficionados al TSM, en un día nublado, sombrío, que se trasladó a la cancha, con un partido escaso en emociones y llegadas a las porterías. 17,878 espectadores con boleto pagado se dieron cita en la casa de los Guerreros, con la esperanza de que acabara la pésima racha de resultados adversos en el nuevo estadio Corona, donde este Apertura 2015 ha sido un infierno para los dueños de casa.
Sin embotellamientos y con los autos circulando a velocidad regular, el camino hacia en TSM, la carretera Torreón - San Pedro, ya daba un aviso de que la expectativa de los aficionados no era grande para este partido, y al sonar el silbatazo inicial de Fernando Guerrero, los pronósticos se hicieron válidos, con muchas butacas vacías y el desencanto generalizado. Algunas camisetas rojas se avistaban en la tribuna, reflejando la popularidad que ha ganado el equipo mexiquense, uno de los más triunfadores en años recientes.
En la cancha hubo poco para platicar durante los primeros 45 minutos, con unos Guerreros que salieron a comerse a los Diablos, mostrando un cambio de actitud que convenció a los aficionados de que podía ser la noche del triunfo esperado. Pero bien dicen que "el Diablo es mañoso", y Toluca supo equilibrar la situación para frenar el ímpetu santista y de a poco imponer su propio ritmo de juego, lo que provocó que el partido siguiera siendo demasiado trabado en la mitad de la cancha.
La segunda parte fue en el mismo tenor, y los aficionados empezaban a mostrar su desesperación, algunos se fueron muy temprano para llegar al concierto de Pepe Aguilar, pues se olían que la situación no mejoraría en el rectángulo verde. Castigaron a Santos con un penal discutible, pero Agustín Marchesín evitó que la catástrofe albiverde fuera aún mayor, desatando además el "portero, portero" de los aficionados. El final llegó y el abucheo sonó una vez más, son 7 partidos en casa durante el torneo y ni una sola victoria, motivos más que suficientes para que los laguneros puedan expresar su descontento, ni las porterías quedan de "la casa del dolor ajeno".
