ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
(QUINTA PARTE)
La salida de los primeros vellos púbicos, pueden convertirse en una gran e inesperada sorpresa teñida con la amargura trágica de la ignorancia de su temprana existencia para algunos niños o niñas de nuestra cultura, mientras que por el contrario, tales rasgos iniciales del desarrollo suelen ser recibidos con gritos de alborozo y amplias exclamaciones y sonrisas de orgullo y satisfacción para otros, dependiendo naturalmente de su edad, su género masculino o femenino, del tipo de personalidad y sensibilidad de cada uno, del nivel de educación e información sexual que hayan recibido en el hogar, en la escuela o en su ambiente, así como de la apertura, el criterio y la disposición de cada uno de estos medios familiar, escolar y cultural en el que hayan crecido y se hayan desenvuelto. Precisamente, es la salida de estos primeros vellos púbicos, a lo que los antiguos romanos se referían hace más de unos dos mil años con el nombre de "pubere", vocablo que en latín significa pubis con vello, y del que se derivaron otras palabras como pubertas o pubertatis, términos relacionados no sólo con la salida del vello púbico y del vello axilar en ambos géneros, sino como una de las señales básicas que marcan el final de la infancia y el inicio de la pubertad precisamente, como una nueva etapa de la vida en la que se presentan toda una serie de cambios biológicos en los cuerpos de las chicas y los chicos, que al madurar los convierte automáticamente en mujeres y hombres. Se trata de cambios físicos sumamente obvios en ambos géneros, que han sido observados y descritos a través del tiempo en todas las razas y culturas desde la más remota antigüedad con diferentes nominaciones, pero que en las culturas occidentales se les ha conocido siempre con el nombre de pubertad como un vocablo derivado del latín que todavía seguimos utilizando en el presente. Sin embargo, la realidad es que a través del tiempo y por muchos años, los fundamentos biológicos para comprender el inicio de estos cambios se había mantenido como un misterio que se intentaba explicar al igual que tantos otros fenómenos, por medio de diversas creencias mágicas y religiosas, hasta que en los inicios del Siglo XX, se descubrieron y estudiaron con mayor detalle las hormonas sexuales como son los estrógenos y la testosterona, cuya secreción en el torrente sanguíneo es básica para que se pueda echar a andar este complejo y esencial proceso del desarrollo físico.
Las primeras señales de la pubertad arriban en ciertos momentos diferentes y específicos de la vida para cada género. Es curioso e interesante que la maduración se dé primeramente en las niñas a edades más tempranas que en los niños; así, entre los 10 y los 14 años aproximadamente, pero aún cada vez más temprano en nuestra época, ellas no sólo presentan la salida de ese característico vello púbico y axilar sino que presentan paralelamente otra serie de rasgos en los que florece su feminidad y las va preparando para su maduración sexual que las llevará a ejercer su rol como futuras mujeres y madres portadoras y creadoras de vida. Llama la atención que aún en este Siglo XXI, y muy a pesar de la gran publicidad que se le da a la educación e información sexual en el hogar o en las escuelas, todavía hay chicas que se atemorizan y reaccionan negativamente con gran ansiedad ante la llegada de su primera menstruación, una experiencia que perciben amenazante, sorpresiva e inesperada porque nadie les había hablado de ella, o quizás también porque ellas mismas la habían negado y borrado de sus mentes (Continuará).