Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

NUESTRA SALUD MENTAL

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

Dr. Víctor Albores García

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

(DÉCIMA PRIMERA PARTE)

Y mientras las chicas entran de lleno a la pubertad, florecen y maduran alborozadas y orgullosas las muchas, decepcionadas o inciertas algunas, revoloteando ya alrededor de los chicos, éstos a esa misma edad, se entretienen en su mayoría jugando con sus carritos o con sus superhéroes, desafiándose unos a otros en el clamor de los videojuegos, en la lucha física de los deportes o en la lucha académica de las escuelas, desatentos aún de los encantos femeninos- Por lo mismo, tal vez muchos adultos piensen que a los chicos actuales "todo les vale", y que estas nuevas generaciones no piensan ni se interesan en lo que debieran y en lo que es importante, porque "todo se les resbala". En lo personal, no me parece así, y quizás el verlo de tal forma se trate más bien del reflejo que los adultos tenemos de nosotros mismos, al vernos retratados en nuestro propio pasado y rescatar una imagen que nosotros mismos proyectamos y transmitimos en el presente sobre nuestras propias experiencias juveniles de pubertad entremezcladas con las de etapas posteriores como adultos, a las que sazonamos con un poco o un mucho de memorias, de nostalgia y de fantasías, sobre aquello como realmente sucedió o lo que soñamos o deseamos que hubiera sucedido. Por el contrario, con un significado y dentro de un contexto diferente al de la pubertad femenina, la pubertad masculina suele iniciarse y desarrollarse en forma más tardía para los muchachitos, hacia los 14 o los 16 años como ya se mencionó la semana pasada, y aún más tarde en muchas ocasiones, con la consecuente desilusión, impaciencia y frustración de quienes se retrasan y se mantienen ansiosos en espera de las primeras señales, o con la juguetona celebración de aquellos que no desean dejar de ser niños, los Peter Pan de todos los tiempos. La pubertad arriba generalmente en ese momento crítico de sus cuando transitan entre el final de la educación primaria y el inicio de la educación media o secundaria, estructuras académicas tan diferentes y contrastantes una de la otra, que hasta resultan confusas y desorientadoras para la mayoría de los chicos y las chicas. Así pues, el ansiado o igualmente a veces temido crecimiento de la talla y de la estatura, visualizado tan lejano e imposible desde la niñez, asociado a la ilusión y a la presunción que paulatina o ávidamente se ha ido desgastando en los espejos de tanto mirarse aquellos músculos que tardaron siglos en abultarse hasta lograr las idealizadas nuevas formas al tórax, al cuadrado del abdomen y a las extremidades superiores e inferiores, que les permite elevarse a la categoría de ídolos y modelos deportivos para desafiar y competir a los amigos, compañeros y vecinos. La salida de los primeros y soñados vellos púbicos o axilares y los ansiados pelos faciales que se inician discretamente como sombras o manchones achocolatados sobre los labios o las mejillas lampiñas que penosamente se mantienen así por un largo tiempo, para la vergüenza e intranquilidad de tantos chicos, mientras que para el orgullo de otros llegan a convertirse en barbas y bigotes profusos, según la herencia genética y racial que les corresponda, y que presumen vistosamente, sobre todo en nuestra época en que la moda los aplaude y estimula. Los primeros y vergonzosos "gallos" de sonidos inciertos y extraños que intentan vanamente hacerse roncos y autoritarios, pero que aún se pierden en los gorjeos de una voz que lucha por encontrar su temple y su lugar hasta definirse como autóctona y masculina. Los humillantes barros en los espacios más visibles y menos deseados, que se intentan disfrazar o maquillar; la intensidad de sus huellas de esos nuevos aromas que los delatan e identifican cuando pasan o se acercan. La apreciación geométrica de un pene que les inquieta en el volumen, longitud y direccionalidad, y les mantiene en alerta y competencia su primario sentido de masculinidad frente a un mundo de machos, que en esa forma miden y distinguen el valor y el peso de su nueva identidad en acecho. Igualmente orgullosos y ególatras de todos esos rasgos de masculinidad incipiente y de una potencia física que presumen, o por el contrario, decepcionados y avergonzados al sentirse insuficientes en su armadura viril, al igual que las chicas, los chicos asimismo pueden exhibir un repertorio importante de reacciones emocionales positivas o negativas, que los llevan a la cumbre y al éxtasis o al fracaso y la ruina, en esta llegada de un período de iniciación biológica y sexual tan básico en el ciclo de la existencia y a la vez tan innecesariamente vanagloriado y exaltado (continuará).

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1149474

elsiglo.mx