Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC).

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA.

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI.

(DÉCIMA PRIMERA PARTE)

Y así pues, con la llegada de la pubertad, se inicia una vez más el ciclo de la vida; un ciclo que anuncia nuevamente, tanto para las hembras como para los machos, la llegada de ese nivel de desarrollo y maduración biológica de sus organismos. En forma más temprana para ellas, periódica y rítmicamente, los óvulos son lanzados desde los ovarios para recorrer las trompas de Falopio hasta llegar al útero, preparados ya para ser fecundados, como parte de una experiencia cíclica que las marcará como hembras a través de los años y les dará sentido a sus vidas. Por otra parte, a la llegada de la pubertad en edades más tardías en los chicos, sus testículos alcanzarán también ese grado de maduración biológica manifiesta en la producción masiva de espermatozoides, lo que igualmente les conferirá el rol y las funciones específicas como machos a lo largo de su existencia. La llegada de la pubertad entonces, más temprana para las chicas y más tardía para ellos, forma parte de ese fascinante e interminable ciclo de evolución biológica animal al que pertenecemos, que nos permite madurar paulatinamente hasta convertirnos finalmente en hembras y machos, física y sexualmente preparados para cumplir con nuestros objetivos biológicos de apareamiento y de reproducción. Es interesante resaltar entonces que la llegada de la pubertad con semejante grado de maduración biológica, no coincide necesariamente con las condiciones requeridas para cumplir con ese otro tipo de desarrollo y de maduración de niveles más altos y sofisticados que supuestamente nos diferencian de los animales, como sería la maduración cognitiva, psicológica y sociocultural; una etapa de maduración que en nuestra época hemos dado en llamar adolescencia. La mitología de la antigua Grecia a través de ese maravilloso sentido de observación, exploración, comprensión y conocimiento del ser humano que nos ha legado, ha logrado llevar a cabo una refinada disección del mismo, sobre todo en la definición de seres tan extraordinarios como son los faunos o los centauros, mitad animal y mitad humanos, para ayudarnos a reconocer precisamente esa parte animal instintiva, impulsiva y arcaica que hemos heredado a través de los tiempos, en contraste con esa otra parte más humana pensante y sensible que también nos pertenece, mediante la cual somos capaces de razonar, deducir, reflexionar, planear, organizar y crear. Al hablar de ello, quizás en cierto grado se podrían comparar ambas partes lo animal y lo humano, a las diferencias y contrastes que caracterizan precisamente a estos dos conceptos mencionados como son la pubertad y la adolescencia. Se trata de términos sumamente cercanos uno al otro, que inclusive intercambiamos con frecuencia en el lenguaje coloquial por desconocimiento como si fuesen conceptos iguales, pero que en realidad poseen características y significados diferentes uno del otro, al representar precisamente la pubertad esa parte más biológica y animal que poseemos, que nos convierte en hembras y machos, en contraste definitivo con la adolescencia, que representan los niveles psicológicos y socioculturales que hemos aprendido gracias a nuestra inteligencia y a las demás capacidades, que nos elevan cuando menos idealmente, a un nivel más humano como mujeres y hombres, muy diferente de las bestias y de los animales.

Mientras que el vocablo pubertad de raíces latinas, como se mencionó en columnas anteriores, nos ha llegado desde la antigüedad, en donde siempre estuvo presente, y fue descrito e inclusive celebrado mediante ritos específicos de pasaje o de transición en la mayoría de las culturas para diferenciar el paso de la infancia a la etapa adulta, el término de adolescencia, también derivado del latín, adolecere, que significa crecer o desarrollar, se ha reutilizado, o podríamos decir como se acostumbra ahora, que se ha reciclado en nuestra época como un término más moderno dentro del campo de la Psicología evolutiva, cuyo uso apenas se empezó a popularizar en el lenguaje común a principios del siglo XX, con otras connotaciones diferentes que se han desarrollado y modificado hasta nuestros días (Continuará).

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1153669

elsiglo.mx