ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
(DÉCIMO OCTAVA PARTE)
La música se puede convertir entonces en uno de los múltiples canales disponibles para llegar y estimular la sensibilidad y la creatividad de los seres humanos, especialmente de los niños y los adolescentes, a través de ese nivel de inteligencia musical al que se refiere Gardner, y que sin embargo puede pasar desapercibido y desaprovechado, como seguramente sucede en miles de personas a lo largo de la historia. Y es precisamente en la adolescencia, en esa etapa de la vida tan fresca, decisiva y fundamental para el desarrollo humano, cuando se requiere de la investigación y de la detección y el conocimiento de todos aquellos canales disponibles que nos permitan a los adultos conectarnos con los jóvenes para estimular, apoyar y facilitar el desarrollo de tantas aptitudes y habilidades presentes en ellos que no siempre salen a la superficie ni llegan a ser utilizadas. Debemos tomar en cuenta que cada uno de estos jóvenes posee un alto potencial de energía, que puede ser mayor o menor en cada caso, dependiendo de múltiples factores, tanto hereditarios, como biológicos o psicológicos, personales y familiares, que a su vez les van formando un estilo de identidad y personalidad específico, lo que además naturalmente viene a ser influido y moldeado por su propio ambiente sociocultural, que se inicia en el hogar y en la familia en la que ha nacido y convivido sus primeros años, pero compartidos además paralelamente con el ambiente escolar y comunitario en general de la sociedad en la que ha vivido hasta el momento presente. Desde niños, todos los seres humanos consciente o inconscientemente, de frente o a ciegas, vamos aprendiendo diferentes estilos y formas de manejar y canalizar tales niveles de energía con los que hemos sido dotados. Se trata de ese potencial de energía que idealmente nos impulsa en diversas direcciones y facilita nuestro crecimiento y desarrollo físico y mental; esa energía que nos estimula desde tempranamente en la relación de apego de apego que formamos con la madre y con el padre; esa energía que igualmente nos empuja a erguirnos y sostenernos en ambos pies, hasta ser capaces de trepar los barrotes de la cuna para dejarla atrás en esos primeros pasos tambaleantes y a la vez tan básicos, que desde ese momento empiezan a delinear la dirección de nuestro destino. Esa energía que determina que queramos devorar al mundo a nuestro alrededor con los ojos y la boca muy abiertos para probarlo y saborearlo todo, para ingerirlo o vomitarlo, en ese insaciable apetito infantil por aprehender y para aprender todo aquello que debe ser aprehendido y aprendido. Esa energía que nos lleva asimismo al encuentro consigo mismo y con los otros, no solo con los padres, sino también con los hermanos, con los abuelos, con los tíos, con los primos y con toda la estela familiar y generacional tan presente en una cultura como la nuestra que todavía intenta mantenerse tan íntimamente imbricada como lo han dictado las tradiciones desde antaño. Esa energía que en los años posteriores nos sigue impulsando al crecimiento, al desarrollo y al aprendizaje en todas esas direcciones tan variadas y a veces tan dispares que nos ofrece el mundo en el que residimos. Y en esa delicado y complejo proceso de crecimiento desde niños, necesitamos obviamente e idealmente la presencia, la cercanía, el apoyo, la confianza, el cariño, el apego, la supervisión, la estimulación, el orden, la disciplina y la asesoría de una madre y de un padre que estimulen, faciliten y ayuden a canalizar tal energía por los caminos y las direcciones adecuadas para un desarrollo físico y mental saludable. Un proceso educativo nada fácil en nuestros tiempos, cuando las madres y los padres, los adultos del presente también se enfrentan paralelamente a la compleja tarea de tomar decisiones sobre como canalizar y dirigir sus propias energías personales, a veces sin encontrar la asesoría, la confianza, la estructura o los apoyos necesarios (continuará).