ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
(VIGÉSIMA PARTE)
Como sucede con tantos de nuestros vocablos castellanos, cuando sus raíces provienen del latín, como es el caso del término adolescencia derivado del latín adolescere que ya se había mencionado en columnas anteriores, la palabra adolescencia por sí misma, es un término que como tal, apenas se empezó a usar oficialmente a principios del Siglo XX para designar a esta etapa de la vida que se inicia con la llegada de la pubertad y se prolonga todavía por muchos años, especialmente en este Siglo XXI. Se podría decir entonces, que se trata de una construcción sociocultural que surgió primeramente a raíz de los escritos y las observaciones de un psicólogo americano llamado Stanley Hall, plasmadas en su libro "Adolescencia: su psicología y sus relaciones con la fisiología, la antropología, la sociología, el sexo, el crimen, la religión y la educación", que se publicó en 1904. Doctor en Psicología por la Universidad de Harvard, Hall no sólo se interesó en esta rama, sino también en la educación de los niños y jóvenes, por lo que inclusive en su época, funcionó como catedrático de Psicología y Pedagogía en la Universidad de Johns Hopkins. En sus conceptos teóricos sobre la adolescencia, él estuvo ampliamente influido por las ideas evolucionistas de Darwin por un lado, pero también por la llamada teoría de la recapitulación de Haeckel que trató de integrar en sus escritos, en un intento por construir un puente entre los enfoques filosófico y especulativo del pasado, con el científico y empírico de su época, lo cual en cierta forma le ganó el título de "padre de la psicología de la adolescencia". De acuerdo a tales influencias teóricas, Hall consideraba que el ser humano en su desarrollo tiende a recapitular las mismas etapas por las que la humanidad ha pasado en su evolución histórica a través de los tiempos, como si se tratara de una forma de volver a vivir el desarrollo de la raza humana, desde su estado de primitivismo animaloide en ese período inicial de salvajismo, hasta alcanzar los niveles de una vida más civilizada que caracteriza a la madurez. Para ello, clasificó esos años iniciales de la vida en cuatro etapas principales; la primera que se refiere a la infancia y comprende los primeros cuatro años de vida, considerado como una etapa animal, en la que se desarrollan las capacidades motrices y sensoriales del ser humano. Para el segundo período, que sería el de la niñez, que va de los cuatro a los ocho años de edad, Hall lo comparó con esa etapa evolutiva de la caza y la pesca en el ser humano; por lo que también la etiquetó como "etapa cultural", en la que los niños a través de sus juegos individuales o en grupo, exploran y recrean las actividades típicas correspondientes. Para el tercer período que va de los 8 a los 12 años y que Hall denominó juventud o "preadolescencia", se supone que los niños tienen la predisposición natural y por ende favorable para la disciplina y la ejercitación de sus cuerpos, de modo que sería una época ideal para el aprendizaje. Finalmente, la cuarta y última etapa o de la adolescencia propiamente dicha, comprende desde la pubertad hasta la etapa adulta entre los 22 ó 25 años. Muy influido todavía por los poetas y filósofos alemanes de fines del Siglo XIX como Goethe, Hall la designó como una etapa caracterizada por lo que él llamó rasgos de "tormenta e ímpetu", debido a que en su recorrido evolutivo, esta etapa correspondería precisamente al enfrentamiento de la raza humana con un período de transición y turbulencia. Tales conceptos de Hall sobre las conductas de los adolescentes han permanecido hasta nuestros días, aunque no todos ellos llegan necesariamente a enfrentar tormentas y turbulencias semejantes (Continuará).
