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NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

(VIGÉSIMA PRIMERA PARTE)

"Sturm und Drung" (tormenta e ímpetu): estos vocablos alemanes que suenan sumamente intensos tan sólo al escucharlos o pronunciarlos, se convirtieron en el tema básico de un importante movimiento literario de la Alemania de la segunda mitad del Siglo XVIII, entre 1767 y 1785, que igualmente abarcó la música y las artes visuales, y se extendió por Europa como precursor del Romanticismo. En cierta forma se trató de una respuesta liberadora de la expresión a la subjetividad individual y a los extremos de las emociones, en contraposición a las limitaciones del racionalismo derivado de la Ilustración; se trataba de un movimiento que ensalzaba los sentimientos en contra de la razón, ya que la consideraba como un producto "del malestar del hombre en la sociedad contemporánea encorsetado por las diferencias sociales y las hipocresías morales". Asimismo, era una tendencia a enfatizar lo irracional del ser humano, que buscaba precisamente asustar, aturdir y dominar con las emociones. Goethe fue uno de sus representantes principales, sobre todo con la publicación de su novela "Las desventuras del joven Werther" que se publicó en 1774. La historia de este joven, que podríamos considerar más como un adulto joven que un adolescente, a pesar de que es posible ubicar sus desventuras amorosas en cualquier época de la historia como parte de las experiencias características en la vida de los adolescentes (y aún quizás de muchos adultos), marcó un gran revuelo en su época y aún se sigue considerando como un modelo clásico de la literatura universal. La historia del joven Werther que está matizada como sucede frecuentemente en las narraciones literarias de todos los tiempos, mediante rasgos que se piensan autobiográficos del mismo Goethe, narra precisamente las desventuras amorosas de ese primer amor juvenil tan típico de esta etapa de la vida, en la que Werther se enamora de una chica linda y bondadosa, modelo de virtudes, pero que por desgracia se encuentra comprometida con un hombre mayor que ella, con quien a la larga se casará y abandonará a nuestro héroe, quien dolido y atormentado, después de que inclusive había desarrollado una buena amistad con ella y con su prometido. El final es románticamente triste, tajante y dramático (romántico en el sentido del movimiento literario de esa época, en contraposición al significado romántico y cursi que derraman en la actualidad las novelitas rosas y las telenovelas cotidianas), ya que Werther decide terminar con su vida y fatalmente se suicida de un balazo. Es por demás interesante reconocer el impacto cultural que esta novela llegó a tener en su época y aún posteriormente, a un grado tal, que muchos de los jóvenes que la leían solían vestirse en la misma forma que lo hacía Werther; pero su influencia todavía fue más allá, ya que se dio también una especie de epidemia de suicidios juveniles, en los que imitando a Werther como ese modelo trágico, tantos otros adolescentes o adultos jóvenes de la época o inclusive de siglos posteriores, han intentado solucionar problemas amorosos o emocionales semejantes a través de quitarse la vida. Es así entonces, como el joven Werther se ha convertido en uno más de los tantos héroes literarios universales, a quien quizás podríamos comparar igualmente con cualquiera de nuestra actuales celebridades que sirven como modelos para la juventud al encontrarse en ese efímero escaparate de la fama en el presente, y llegan a ser imitados por miles o millones de adolescentes y adultos jóvenes que se fascinan ante su presencia, se identifican y se compenetran a tal profundidad con ellos que no vacilan en imitarlos impulsivamente en sus hábitos, conductas o experiencias, sin siquiera detenerse a reflexionar o a tomar en cuenta las consecuencias de tales acciones. Hace varias décadas en Japón por ejemplo, se dio un fenómeno semejante, en el que una chica heroína de la televisión se suicidó y varias admiradoras juveniles la imitaron en una especie de ofrenda sentimental y religiosa (Continuará).

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