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NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI VIGÉSIMA SEGUNDA PARTE

Aunque es verdad que no todos los primeros e intensos amores juveniles terminan impulsivamente de una manera tan drástica y tormentosa como ese estilo fatídico con el que el joven Werther terminó su existencia, si sabemos que las pasiones que suelen dominar esta etapa de la vida que llamamos adolescencia, tienden a encenderse como el fuego para extenderse luego ilimitadamente hasta rebasar los límites de lo que podríamos considerar justo y razonable. Las estadísticas actuales tanto en México como a nivel internacional, nos revelan que los suicidios y los homicidios en los adolescentes y los adultos jóvenes representan una de las primeras causas de muerte en esas etapas de la vida. Existen una serie de situaciones características de ese período de la vida que se convierten en experiencias estresantes de mayor o menor grado que suelen actuar como factores detonantes de crisis internas o externas en chicos y chicas, que estremecen y revuelcan dichas emociones de tal forma que llegan a explotar estrepitosamente. Los conflictos familiares en el hogar, en eso que en ocasiones aparece como una cotidiana y angustiante lucha de poder y de control disciplinario excesivo o por el contrario, demasiado permisivo entre padres e hijos, al intentar practicar estos últimos nuevas facetas de su identidad y estilos y perspectivas diferentes de vida en el mundo exterior, en la búsqueda de un nivel de separación y de distancia más saludable y armonioso que les permita aprender a ser ellos mismos, tanto en el enfrentamiento con sus logros, como con sus errores y fracasos. Las dudas y la incertidumbre en las elecciones vocacionales de estudios superiores o de empleos que no llegan a ser del todo satisfactorias o productivas, mientras se debaten en materias y estudios, tampoco del todo comprensibles ni que llenan sus necesidades básicas, al enfrentar nuevas presiones que los hacen vibrar en la cuerda floja entre seguir adelante y superarse o reprobar, fracasar y abandonarlo todo. Las nuevas reglas, modas y estilos sociales presentes en la búsqueda de los grupos de pares afines y adecuados que lleguen a sustituir parcialmente a la familia, para convertirse en una especie de segundo hogar, en el que puedan mantener esa exploración e investigación de su identidad, sobre cómo modelarse imitando a los demás o en el cómo descubrir paulatinamente la fórmula para encontrarse a sí mismos: retos que suelen convertirse en experiencias complicadas y estresantes, especialmente cuando la pertenencia a tales grupos significa en tantos de los casos, el uso ilimitado del alcohol, la nicotina, la marihuana o cualquier otro tipo de sustancia que justifique su presencia ahí o que sirva además como un canal de desahogo para el estrés que representa tal experiencia y el vacío. La búsqueda de la pareja ideal, la chica o el chico imaginados o soñados, en ese primer encuentro amoroso o erótico que en nuestra época suele desenvolverse más libremente hasta su prolongación y culminación en los noviazgos, las relaciones premaritales, los embarazos prematuros, el matrimonio, e inclusive en los fracasos y los desengaños, los divorcios express, y el regresar una vez más a la búsqueda. La combinación de éstas u otras experiencias estresantes que forman parte del repertorio de vivencias que enfrentan los adolescentes y los adultos jóvenes en este escenario del siglo XXI, pueden detonar definitivamente una serie de emociones igualmente reprimidas o a flor de piel, hasta convertirse en armas explosivas y peligrosas para la vida de estos chicos y chicas, especialmente en una época del año tan estresante y cargada emocionalmente como es el período decembrino, en el que se mueven aún más intensamente todo tipo de emociones contradictorias, en eso que llamamos "el síndrome navideño", y que es precisamente cuando se requiere de mayores cuidados y monitoreo de estos jóvenes a riesgo. ¡OJO PADRES! (Continuará).

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