Poemas que curan. Poemas para recuperar la salud en un dos por tres, de Eduardo Guzmán Chávez es una extensa visualización concitada a través de la palabra.
Hecha de diminutos puntos que son las letras y multiplicada después en palabras y sonidos, la poesía semeja un sistema solar, con el símbolo como centro. El poeta ha replicado esa conformación en los cuatro puntos cardinales en que su poemario se divide y se entrelaza, se atrae y se disgrega girando en torno del simbolismo de lo sagrado.
Como una tirada de tarot cosmogónico, se despliega cada punto que da ruta al sentido de la vida. Utata (la izquierda) el norte: "los titulares del amanecer/cabecearon la urgencia: ven desde el mar y encuentra los caminos/ ven desde el sueño". Atiende el poeta la voz del viaje revelado al durmiente metafórico, aquel que hasta ahora ha soñado sin entender el sigiloso lenguaje de la imagen, que vive en una especie de subsuelo: "el equilibrio del mundo/te espera en el subsuelo/ querido buscador/en el subsuelo de una mujer/ de una patria/ en el subsuelo de tu conciencia". Es voluble, es tímido lo sagrado, por eso tiende sobre sí un exclusivo silencio y se enmascara en las formas que exigen leerse.
Sutúa, (atrás, los antepasados) el poniente. La dirección del ocaso se insinúa en este punto que comienza como otro llamado: "del silencio te vinieron a buscar/y no entendías/ vienen ya buscándote/los pasados por venir por ti cantando/ hijo para ser digno/ macehual para ser libre". Es crepuscular el tono de este silencio que despide y alumbra al mismo ritmo.
Juxié (enfrente) el oriente. Nacimiento. La esperanza. El espíritu del poeta se orienta en la intemperie, bajo la luna reinicia la posibilidad: "La madrugada brillante y húmeda. Por más que quieras y vengas no te esfuerces ni dividas el aliento. Tente fe. Es una luna para predecir y vamos todos viajando al amanecer".
Jixiapa, (El Centro), Tatei/tatata/tatehuarí. "Las luciérnagas del bosque son las mascotas de los duendes". El universo juega, cada ser que lo habita describe un movimiento inocente, que es el descanso.
A lo largo de Trece por cuatro. Poemas para recuperar la salud en un dos por tres, la magia de este juego de números y multiplicaciones nos acerca a un sentido: la poesía es una zarza ardiente.
Novedad
Trece por cuatro.
Ediciones Sin Fin.
México, 2015. Pp. 231.