El amor y su cotidiana esperanza, la impotencia ante un mundo injusto y el desconcierto ante un universo sin propósito, son las tres preocupaciones humanas sobre las que se teje el poemario Arder la casa, de Moisés Vaca, uno de los títulos (490) del Fondo Editorial Tierra Adentro, de la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
La primera de esas inquietudes, el amor y su cotidiana esperanza, es el hilo conductor de esta obra, según explica su autor: “Una pareja comienza la esperanzada edificación de una casa para ellos. Sobre esto el libro trata de contraponer los aspectos positivos de su relación (los detalles cotidianos, el sexo, el conocimiento cada vez más profundo del otro, la estabilidad, los planes) con aquellos negativos (el estancamiento, la conformidad, el daño que permite el conocimiento)”.
La casa a la que se mudan es la plataforma para desarrollar las otras dos preocupaciones: “la Ciudad de México, el mundo humano en su conjunto, el planeta y el lenguaje”, agrega el poeta Moisés Vaca, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
El libro lo componen 60 poemas numerados cuya estructura corresponde a secuencias entrelazadas sobre las tres preocupaciones, a partir de figuras recurrentes. Por ejemplo –explica el autor– los aspectos negativos de la relación de los amantes están simbolizados bajo una voz poética que aparece en cursivas a lo largo del texto, la impotencia ante el mundo injusto se expresa en la secuencia de las yerbamalas que van creciendo en el jardín y el desconcierto ante el universo sin propósito se desarrolla en los poemas sobre el futón de la casa y la inutilidad de sus maderas sin la colchoneta.
El poeta reconoce tres influencias directas en la conformación del libro: “La primera es la obra del argentino Roberto Juarroz, de donde extraje el epígrafe para el libro”, mencionó en entrevista.
Gran lenguaje
Arder la casa, impotencia ante un mundo injusto:
De Miosés Vaca, bajo el sello Tierra Adentro de Conaculta.