Nuestro recomendado para leer
El alma es a dos tiempos un ático y un sótano. La muchas veces insondable compañera que parece hablar un lenguaje en el volumen del suspiro, sube y baja por esa estructura que el ser es volviéndose enigmática en su continuo metamorfoseo. Agregado a esto se halla el misterio de su recorrido, el alma es un dinamismo al que perseguimos a lo largo de sus edades.
Los biógrafos se abalanzan sobre la voz de los sucesos, los historiadores tras el desciframiento del panorama de los hechos. Aproximarse al alma demanda otros utensilios la meditada reflexión, la honda introspección cercando las acciones y la poesía, son los tres elementos que Léon Bloy eligió para su libro El alma de Napoleón, traducido por Aurelio Garzón del Camino y editado por el Conaculta en la colección Cien del Mundo.
Muy joven, el escritor confiesa, sintió la pasión ante la incertidumbre de la identidad de las personas. Es esta la señal que distingue al héroe, que parte siendo un misterio para sí acompañado probablemente de una intuición, y que por su condición de solitario así permanece para el resto. Ese rasgo, inconfundiblemente trágico acompañó la gloria de Napoleón.
Con franco entusiasmo, colmado de nostalgia y con poética delicadeza, León Bloy atraviesa sin desgarrar el enigma de: "Este soldado que se convierte en el Amo. Se vuelve el Emperador de Occidente. Le obedecen seiscientos mil guerreros a los que no es posible vencer y que lo adoran. Hace lo que quiere, renueva como le place la faz de la tierra, que recuerda haber sido veinticinco años antes, subteniente de Artillería, no haber poseído ni un centavo y que hoy arrastra veinte pueblos a la conquista de Oriente".
¿Cómo estructurar un recorrido a lo largo de la historia a partir de la sustancia que la anima? León Bloy orquesta impecablemente los eventos que hicieron de Bonaparte el general más glorioso de la historia con el tempo de las edades de su alma.
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El autor describe en un libro emblemático la trayectoria del soldado que se convierte en amo:
El alma de Napoleón, de León Bloy