A poco más de un año de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, millones de palabras han intentado explicar ese horror que forma parte de las páginas más negras de México; sin embargo, nunca como ahora tenemos la oportunidad de conocer a cada uno de esos jóvenes, a sus familias y asomarnos a las condiciones de extrema pobreza en que crecieron y habitaron, soñando un país diferente.
En esta obra, Tryno Maldonado ofrece un retrato de lo ocurrido en esa región del convulsionado municipio de Tixtla, Guerrero, hasta donde se trasladó y vivió durante cuatro meses para fundirse entre los familiares de los jóvenes cuyas vidas terminaron en un drama aún sin explicar y, mucho menos, sin que los responsables de ese horror reciban castigo.
Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos, publicado por Planeta, muestra también la manera tan sencilla como se lanzan acusaciones y se crean mentiras que la mayoría de los mexicanos asume como verdades porque omiten hacer el más mínimo ejercicio de crítica para confrontar los datos comprobables con las declaraciones e información oficiales.
De hecho, quizá el primer sorprendido de ello fue el propio autor, quien logró enterarse que para el gobierno estatal su presencia en Ayotzinapa era asociada con actividades terroristas o, por lo menos, desestabilizadoras, cuando lo único que hacía era recabar datos para reconstruir lo ocurrido en septiembre de 2014.
"Desde septiembre de 2014 se concentra en Ayotzinapa una de las más valiosas reservas morales de México", asegura Maldonado.
"Si olvidamos Ayotzinapa estaremos condenando al país a por lo menos tres sexenios más de terror y a una escalada de nuevos terrores cada vez más hondos. Estaremos condenando al país a décadas de impunidad, cinismo e injusticia dispensadas por una oligarquía que es la única beneficiaria de ese terror que ella misma engendra".