En el artículo anterior comenté que la filóloga germano-mexicana Margit Frenk ha demostrado, con rigor, a través de abundante información y referencias históricas, que a principios del siglo XVII, cuando aparecieron ambas partes de El Quijote, en 1605 la I y en 1615 la II, dio inicio la transición en la forma de leer. Se pasó de hacerlo en voz alta y en grupo, a la individual y en silencio.
Lo anterior me da pie a comentar que hace alrededor de una década salió a circulación un audiolibro de El Quijote. Fue grabado con la voz de cinco actores españoles, quienes lo leen en forma íntegra. Su lectura está contenida en 37 discos compactos, cuya duración total es de 40 horas y 20 minutos. Esto significa que si a alguien le es posible oír esos discos de manera continua, ininterrumpida, en menos de dos días, en un fin de semana por ejemplo, tomaría conocimiento auditivo de lo que a Cervantes le llevó crear y redactar no menos -quizá- de 15 años.
Si en lugar de escucharlo se lee El Quijote, ¿cuánto tiempo se lleva su lectura? Según el propio Cervantes dos horas. Así se desprende de la interpretación que algunos comentaristas hacen de un pasaje del capítulo 9 de la I Parte.
En ese pasaje se dice que al autor se le ha agotado el material disponible para la composición, justo a la mitad de la batalla entre el Caballero de la Triste Figura, una de las formas de como Cervantes llama a don Quijote, y el Vizcaíno. Luego encuentra en Toledo unos papeles escritos en árabe por el misterioso Cide Hamete Benengeli, que le permiten continuar la redacción.
Satisfecho Cervantes comenta en el citado pasaje lo siguiente: "Bien sé -escribe- que si el cielo, el caso y la fortuna no me ayudan, el mundo quedará falto y sin el pasatiempo y gusto que bien casi dos horas podrá tener el que con atención lo leyere", refiriéndose a su obra de El Quijote. Sobre el punto, Martín de Riquer opina que, humildemente, Cervantes considera que el lector sólo recibe "pasatiempo y gusto" durante dos horas distribuidas en toda la narración.
Si a algunos, por lo voluminoso del libro, pues comprende casi un millar de páginas, les resulta cuesta arriba o de plano imposible la lectura de El Quijote, adelante entonces con la escucha del audiolibro, que les llevará poco más de 40 horas.
Sin embargo, no deja de resultar paradójico que la modernidad y su monumental avance tecnológico nos regresen al pasado, es decir, a conocer el texto de El Quijote de la misma manera como se conoció cuando su aparición, hace cuatro siglos: por la vía auditiva. Y que la forma avanzada que nació junto a él, o sea, la lectura a solas y en silencio, pase a convertirse en una modalidad obsoleta.
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