El video con audio trasmitido esta semana en un noticiero nacional de televisión y las revelaciones que hizo el senador Alejandro Encinas confirman la "extensa red de complicidades", como la denominó el mismo legislador, que permitieron la fuga de Joaquín "El Chapo" Guzmán del Penal de alta seguridad del Altiplano el pasado 12 de julio.
El video, ahora sí con audio contrario a lo que sucedió en los primeros que dieron a conocer las autoridades poco después de la fuga del narcotraficante, no deja lugar a dudas de la negligencia o complicidad del personal presente en el reclusorio en el momento de su fuga, pues el ruido de las maniobras que realizaron desde el exterior para terminar la apertura del túnel por el cual escapó fueron evidentes y no existe forma de que pudiesen ser ignorados por quienes se encontraban en servicio.
Pero este nuevo video permite identificar con claridad el tiempo que el narcotraficante tuvo para escapar y contradice la versión oficial de 6 minutos, pues es claro que fue de 20 minutos, es decir, más de 3 veces más del tiempo que oficialmente admitían las autoridades; y, peor todavía, deja evidencia que se tardaron más de 3 horas para activar el Código Rojo, cuando lo debieron hacer justo en el momento en el que se percataron de su ausencia en la celda, es decir, simultáneamente a las primeras inspecciones, pues ni siquiera debían tener certeza de su fuga, bastaba con haber descubierto su ausencia.
Además las revelaciones que hizo el legislador respecto del trato privilegiado que tenía el capo también son muy cuestionables para un penal de alta seguridad: en 477 días que estuvo encarcelado recibió 386 visitas, de las cuales 272 fueron de sus abogados, 68 de familiares y 46 visitas conyugales. Como señaló el legislador tuvo visitas el 81% de su encierro. Pero eso no es todo, dado que sufría de gastritis y presentaba un cuadro de depresión, le permitieron tener un televisor, que era precisamente el que veía de acuerdo al nuevo video que se difundió, pues en el primero que difundieron las autoridades se veía únicamente un objeto luminoso sobre una mesa junto a su cama, pero no sé identificaba que se trataba de un pequeño televisor.
Al revisar el nuevo video es evidente que el narcotraficante veía la televisión con el volumen muy alto y, buscó específicamente un programa ruidoso que permitiera disfrazar de alguna manera los ruidos de las últimas maniobras que realizaban sus hombres fuera del penal. Además en el video, tal como se transmitió en el noticiero de Carlos Loret de Mola en Televisa, se permite ver como los responsables de la vigilancia de los monitores, hacían todo menos prestar atención a lo que sucedía en los mismos.
Las reacciones de las autoridades después de la difusión del video también son muy reveladoras de su compromiso con la justicia y el Estado de Derecho. Primero, el enojo de Encinas es mayor, porque tras percatarse de la existencia de este video con audio, por un reportaje publicado en la revista Proceso, en agosto pasado, él solicitó la entrega del mismo a la Comisión Bicameral a la Secretaría de Gobernación y ésta se lo negó afirmando que formaba parte de una averiguación previa.
Al respecto vale la pena señalar que dicho argumento no es válido para una Comisión legislativa que está obligada también a guardar la confidencialidad, tal como le recuerda el ahora Comisionado de Seguridad Nacional, Renato Sales al senador Encinas, tras sus declaraciones a los medios, preocupado porque haya revelado el número de visitas que recibió el Chapo, pues el privilegio de la televisión ya se había conocido con la transmisión del video; como es obvio la revelación del número de visitas no afecta en nada los avances de la investigación, lo haría sí se hubiesen revelado nombres u otros detalles.
Pero dicha reacción, como el hecho de que unas horas después en una entrevista con un noticiero en Radio Fórmula, haya destacado que se procedió a abrir una investigación para identificar al servidor público que filtró el video a la televisora, pues se trata de "una difusión ilegal de pruebas que aún están sujetas a líneas de investigación abiertas".
Así la principal preocupación de Sales es mantener totalmente la secrecía de la investigación, que es precisamente lo que les permite tener los márgenes suficientes para dirigirla e lograr proteger a quiénes quieren beneficiar e incriminar a quiénes quieren castigar. Nada de lo que se ha revelado hasta estos momentos pone en riesgo el resultado de la investigación; pero sí deja muy en claro que la red de complicidades es mucho mayor a la que pretenden limitar las autoridades.
Después de este último video ya no quedan dudas de que "El Chapo" se escapó por el túnel; pero también de que hubo muchas evidencias previas a su fuga, que debieron ser suficientes para impedirla; y, desde luego, también salen a la luz algunos de los privilegios que tenía el capo, pues tampoco se puede afirmar que éstos son todos.
Es evidente que las responsabilidades no pueden limitarse a los directores, dejando fuera absolutamente a los funcionarios de primer y segundo nivel, pues aunque su responsabilidad sea por omisión o negligencia deben ser sancionados por ello y eso hasta el momento no ha sucedido.