El mercado de la televisión ha sido tradicionalmente uno de los más cerrados de nuestro país. Durante décadas vivimos un virtual monopolio promovido y sostenido por el gobierno.
La privatización en 1993 de TV Azteca (aclaro interés: yo colaboro con esa empresa) puso las bases de un mercado más competido, pero Carlos Salinas de Gortari entregó en 1994 62 emisoras adicionales a Televisa para preservar su dominancia. TV Azteca ha logrado una participación de mercado de 30 por ciento, que contrasta con cifras de menos de 5 por ciento en tiempos de Imevisión, pero no ha podido acabar con el predominio de Televisa.
La concesión de dos nuevas cadenas favorece la competencia. Las dos empresas ganadoras cuentan ya con sólida experiencia en medios. Cadena 3 tiene un canal de televisión abierta y un grupo de emisoras de radio. Es dueña también del periódico Excelsior, con su propio canal que se difunde por Internet y en televisión restringida. Grupo Radio Centro (nueva aclaración: también colaboro con éste) no solamente ha manejado un exitoso grupo de radiodifusoras sino que fue la concesionaria original del canal 13. Francisco Aguirre Jiménez y su hijo Francisco Aguirre Gómez, actual presidente del grupo, manejaron el canal desde 1968 hasta que fueron despojados por el presidente Luis Echeverría en 1972.
Competir con una sola cadena será difícil para los nuevos concesionarios. Televisa tiene tres cadenas nacionales y una regional. TV Azteca posee dos. La nueva legislación da a las nuevas cadenas ciertas ventajas, especialmente ante Televisa que ha sido declarado preponderante en radiodifusión. Los nuevos competidores podrán utilizar equipos e instalaciones de Televisa. También podrán ofrecer multiprogramación, esto es, difundir varios canales en el espectro que antes se usaba para uno, aunque sus rivales también lo podrán hacer. Las cadenas establecidas, por otra parte, recibirán sin duda a los nuevos rivales con políticas agresivas de programación y comercialización.
El mercado de la televisión se está transformando. El público de televisión restringida se expande, aunque un importante número de personas usan los servicios de paga para ver programación de aire. La parte que más crece del negocio de Televisa es ya la televisión restringida; la abierta ha venido declinando desde hace años.
No sólo la televisión de paga es competencia para las nuevas cadenas. Los nuevos medios de comunicación basados en Internet son también rivales, quizá no tanto hoy, pero sí en el futuro. Los servicios de películas y series de televisión de paga por Internet, como Netflix, han quitado a las televisoras un público importante en Estados Unidos. Su penetración en México es todavía pequeña, pero va en aumento. Están surgiendo también servicios nacionales, como Clarovideo, que se ampliarán en el futuro.
Los retos para las nuevas cadenas son enormes. Por eso solamente dos competidores quedaron al final en la licitación. Vale recordar que Ricardo Salinas Pliego compró dos cadenas nacionales hace 22 años en 650 millones de dólares. A precios de hoy estaríamos hablando de unos mil millones de dólares. Las licitaciones de los nuevos contendientes son, sin embargo, de 1,808 millones de pesos (117 millones de dólares al tipo de cambio de mayoreo de ayer, 15.4363 pesos) para Cadena 3 y de 3,058 millones de pesos (198 millones de dólares) para Grupo Radio Centro.
En los medios, sin embargo, la creatividad y la innovación pueden resultar en grandes logros. Olegario Vázquez Aldir y Francisco Aguirre Gómez tendrán que hacer gala de ambas para tener éxito en un mercado ya muy concentrado.
MONOPOLIO BANCARIO
Estados Unidos se quejó ayer de que el Reino Unido decidió incorporarse al Banco de Inversión de Infraestructura de Asia sin consultarle. La nueva institución, impulsada por China, será un rival del Banco Mundial. Parecería que Washington quiere mantener un monopolio.
Twitter: @SergioSarmiento
