"El llamado Cuestionario Proust recibe su nombre porque al parecer, el primer "famoso" que respondió a este listado de preguntas fue el escritor francés Marcel Proust (1871-1922), que lo encontró en un álbum de confesiones de su amiga Antoinette. Proust respondió a este cuestionario varias veces durante la vida, siempre con gran entusiasmo".
He de confesarte, querido lector, que mi primera aproximación a tan divertido test de la personalidad fue en casa de unos tíos que animaban a sus invitados a enfrentarse al cuestionario, y atesoraban las respuestas en un libro que imagino conservan.
De ello, cuando plasmé mis ideas y primeros esbozos, han transcurrido diez años y un sinfín de cosas.
La segunda vez que respondí al Proust data de hace nueve meses, y me atreví a publicarlo en el ánimo de que me conozcas y supieras cómo pienso.
Ser autobiográfico, como lo hacía sin parangón el irrepetible Germán Dehesa, no es sencillo. Si queremos ir por dichos lindes, debemos asumirlo desde la ligereza, alejados de actitudes pretenciosas y con absoluta honestidad. Es lo mínimo que merecen nuestros lectores y nuestro entorno.
Por ello, y al ser tal ampliamente extensas las preguntas del Cuestionario Proust, en esta ocasión contestaré otras cuantas con el deseo de divertirnos juntos.
1: ¿Cuál es tu gran pesar?
Edith Piaf, en el Olympia de París, cantó "Je Ne Regrette Rien". Se convirtió en un himno que la define y nos define a muchos. No me arrepiento de nada. Si he lastimado a alguien, trato de pedir perdón y de resarcir los daños porque ello, no ser justo o dañar a las personas, es algo que sí me duele.
2: ¿Dónde te gustaría vivir?
Ahorita en La Toscana porque regresé a ciertas obras de la cinematografía italiana que la retratan y que me recordaron lo maravillosa que es. Hace nueve meses te respondía que en el mar.
Caray, el orbe es muy amplio y si se puede, no hay que quedarnos quietos en un mismo sitio. Aspiro a ser ciudadano del mundo porque si algo tiene de maravillosa mi generación, es que abrazamos la diversidad en todas sus formas.
Los jóvenes hemos sabido viajar ligeros de equipaje y convivir con otras culturas, razas, credos religiosos y preferencias sexuales. Son maneras de entender y asumir la realidad a partir del libre albedrío del ser humano. Cohabitar con personas iguales a uno es algo que encuentro aburrido y demodé.
3: ¿Cuál es tu bien más preciado?
Mi posesión más preciada es el entendimiento de que todo en la vida es atemporal y que no debemos apegarnos demasiado a los objetos. Hoy tienes algo, mañana se acaba. El chiste es disfrutarlo, pero no al punto en que nos domine y perdamos nuestra libertad.
Son bonitos los objetos, los libros, las obras de arte y el dinero. Tener es muy placentero -calma los nervios como decía María Félix- pero sugiero vivir pensando que todo es prestado y que hay que regresarlo al final del viaje, que es la muerte física.
4: ¿Qué es lo que más valoras de tus amigos?
Que no juzgan, entienden y se dan como la inmensidad del océano sin esperar nada a cambio. Que han sido, en las buenas y en las malas, personas de una pieza, íntegras. Creo que gracias a ellos soy una mejor persona, o por lo menos trato cada día. De hipócritas y lambiscones está sobrado el mundo como para buscar lo mismo en mi círculo cercano, ¿a poco no?
Decía una escritora en una carta a cierta amiga suya, justamente después de un viaje, lo siguiente: "Gracias por perdonarme todo aquello que tan torpemente ignoro, ocupada en vivir". Eso le diría a mis amigos.
Y de mi familia entera, ¿qué te digo? Haría falta poner un disco de Mercedes Sosa en vivo, donde canta ese "gracias" que a diario les dedico a los míos.
5: ¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Pues precisamente el que soy extravagante y digo lo que pienso. Hoy las personas se contienen mucho y en aras de la corrección política, cuidan en extremo sus opiniones hasta el punto de volverse aburridos y predecibles.
Si quieres agradar a todo el mundo, por lo menos en el trabajo que desempeño, estás frito. No temamos en caerle mal a alguien, mejor apostémosle a ser auténticos. De cualquier forma, siempre hablarán de nosotros.
6: ¿Cuál es el estado más típico de tu ánimo?
El que río muchísimo, de mí y con los demás. Por supuesto la curiosidad y las ganas de seguir aprendiendo, el absorber como esponja lo que cada día veo y percibo de mi entorno. Generalmente ando de muy buen humor, pero dicen que tengo un carácter fuerte y claro, me enojo como cualquiera. Evito los pleitos, pero si elijo alguno, es con la convicción de que voy a ganarlo.
7: ¿Tu idea de la felicidadad?
La encuentras en las cosas más simples de la vida y curiosamente son aquellas que no cuestan, aunque mi respuesta te suene a novela cursi de Corín Tellado.
"Il dolce far niente", dicen los italianos sobre el placer y la dulzura de no hacer nada. Cada día vivimos más de prisa, con mayores ambiciones y demandándonos demasiado.
Es bueno tener metas y grandes sueños en la vida pero a veces ahí, en la certeza de la pausa, es cuando logramos mayor felicidad.
Nunca te sientes en un peldaño de la escalera a vanagloriarte por tus éxitos. Exhala y sigue subiendo, pero cuando te encuentres en determinado punto de tu ascenso, respira, exhala y sé feliz. Proviene de nuestro interior el lograrlo.
Nos leemos en Twitter y nos vemos vía Periscope, sin lugar a dudas: @patoloquasto